Al rendir este homenaje en el centenario del nacimiento de Lisandro de la Torre, el MNR reivindica el accionar de tantos hombres y mujeres de Argentina, que como Lisandro de la Torre han defendido la soberanía popular y el patrimonio nacional, a lo largo de nuestra historia.

Este homenaje adquiere un significado especial en momentos en que la Patria se halla sojuzgada y expoliada por los representantes de los monopolios extranjeros. Debemos levantar el ejemplo de nuestros grandes hombres y rescatar sus experiencias, en la lucha por derrocar a la dictadura mercenaria y en el camino a transitar  para lograr la definitiva liberación de nuestra Patria.

El 6 de Diciembre de este año, se cumple el centenario del nacimiento de un patriota argentino: Lisandro de la Torre.

El Movimiento Nacional Reformista sostiene la necesidad de evocar a los argentinos que, a través de su actuación, han defendido la soberanía popular y el patrimonio nacional.

Esta evocación, que tiene el valor permanente de difundir conductas valederas y trascendentes entre las nuevas generaciones, adquiere en esta oportunidad un significado especial, porque las grandes mayorías nacionales viven hoy la experiencia de ver instalados en los cargos gubernamentales a un conjunto de mercenarios, cuyos objetivos son la expropiación del patrimonio nacional y el incremento de la expoliación de los sectores populares. Por lógica, para alcanzar estos fines se desconoce la soberanía popular.

La personalidad de Lisandro de la Torre ha alcanzado tal dimensión que la propia dictadura militar, que es la antítesis del ideario sustentado por el llamado “fiscal de la Patria”, se ve obligada a incorporarse a su homenaje. Hecho que constituye una prueba más de la debilidad de la dictadura militar y de la orfandad que posee dentro de la tradición nacional.

Cuando los representantes de los monopolios que gobiernan el país intentan ensayar formas corporativas de organización, es preciso recordar a Lisandro de la Torre, quien fustigó enérgicamente los mismos intentos corporativistas que pretendiera realizar Uriburu.

Cuando vemos a los monopolios extranjeros precipitarse sobre las riquezas naturales del país, sobre los servicios públicos y sobre las empresas argentinas en  general, es preciso recordar la prédica de Lisandro de la Torre que en su conocido debate sobre las carnes fulminó la acción de los monopolios extranjeros sobre nuestra economía y a quienes les servían desde el gobierno.

Cuando verificamos las tratativas de los mercenarios de producir integraciones económicas en América Latina, que no constituyen otra cosa que el incremento del mercado para los monopolios extranjeros en desmedro de las industrias nacionales debemos recordar el debate de la yerba mate donde se señalaba la relación existente entre una política aduanera incorrecta.

Cuando constatamos la permanente intromisión y monopolización de nuestras organizaciones educacionales y judiciales, por parte del clericalismo aliado a la dictadura militar, es conveniente recordar la labor de Lisandro de la Torre en defensa de la escuela laica y en pro de la separación de la Iglesia y el Estado.

Cuando observamos el incremento de los gastos militares, en detrimento directo de la salud y educación del pueblo, conviene recordar las intervenciones que tuviera el senador por Santa Fe en el debate sobre presupuesto, donde condenara las tendencias armamentistas.

Todos estos valores obligan a recordar a Lisandro de la Torre; pero un Lisandro de la Torre con contenido, porque casualmente el contenido de sus luchas es el que le ha asegurado su supervivencia en la memoria de los argentinos.

Es preciso, en consecuencia, que la juventud estudie y conozca la obra de este patriota con todos sus grandes aciertos incluso sus errores, porque estudiando nuestro propio pasado extraeremos las experiencias positivas que permitan encarar con éxito la conquista de la soberanía popular y el derrocamiento, por parte de las mayorías nacionales, de la dictadura militar.