Para el MNR, la salud y la educación pública, constituyen los pilares fundamentales del auténtico desarrollo de nuestro pueblo.

Para el MNR la creación de una Universidad debe sustentarse en el objetivo de propender a la formación integral, estimular el desarrollo de la ciencia al servicio de las necesidades del pueblo y preservar la cultura nacional.

Para los mercenarios de turno, ella sólo tiene por objeto montar una estructura, aumentar los gastos administrativos y ubicar a sus secuaces.

Por eso, entre la irracional creación de la Universidad Nacional de Rosario que no es otra cosa que la división de la Universidad Nacional del Litoral, el MNR denuncia en este documento al alumbramiento de exclusivo corte burocrático que, por decreto, incorpora un nombre que más que nada aportará a incrementar las posibilidades culturales de nuestro pueblo.

UNIVERSIDAD DE ROSARIO  12 / 1969

Platón decía “fanfarronadas” era el atribuirse un bien o bienes ausentes.

El elenco de la Dictadura Militar se apresta a realizar una “fanfarronada” más el próximo lunes, festejando la creación de la Universidad Nacional de Rosario, que en realidad consiste en la irracional división de la UNL.

Rosario verá reunirse a fanfarrones de todo origen, desde el mercenario Juan Carlos Onganía, un De Juano con calidad de felpudo de botas, hasta el elenco de mediocres que se hallan medrando con los cargos directivos de la Universidad.

Todo este proceso se ha gestado con la psicología del delincuente que opera en las penumbras. Afirmando que jamás se dividirá la Universidad, se dividió la administración de la Universidad, se dividió la Obra Social y se adquirió un palacete en Rosario para albergue del elenco de sirvientes de la Dictadura Militar, ladrones de la soberanía popular y de la autonomía universitaria. Llegará el día, indefectiblemente unos y otros deberán rendir cuentas.

Nadie puede negar que no se crea nada en materia educacional, simplemente se aumentan los gastos burocráticos de Secretaría, los gastos de representación y los gastos administrativos en general, que no repercuten en absoluto en beneficio de las posibilidades culturales de nuestra población.

Es conveniente reflexionar sobre esto para desentrañar la catadura moral de los mercenarios que promueven y se prestan a esta nueva fanfarronada así pretenden disimular sus objetivos permanentes que son: incrementar la expropiación del patrimonio  nacional en beneficio de los monopolios extranjeros y agudizar la expoliación de nuestras mayorías nacionales.

Vemos también cómo caen pulverizados uno de los slogan de la Dictadura Militar: “fortalecimiento de un real regionalismo”, “echar las bases de un auténtico federalismo”, etc.

La Universidad Nacional del Litoral, UNL,,conducida por universitarios, no por logreros debe tener entre sus altos objetivos el de aportar a la integración de la región litoral, no sólo del norte y sur de la provincia de Santa Fe, (distanciados por miopes intereses), sino de Entre Ríos y Santa Fe. Pero nada de ello preocupa a los mercenarios y a sus sirvientes que ven, en la división de la Universidad, la posibilidad simple de satisfacer aspiraciones personales tan pequeñas como quienes la detentan, y de acuciar irracionales sentimientos localistas que le posibiliten la realización de un banquete con alguna concurrencia. La sede misma de este banquete, la Bolsa de Comercio, pone de manifiesto la naturaleza del “operativo Universidad de Rosario”.

En ningún país del mundo se fundan Universidades  cenando en las Bolsas de Comercio, donde concurrirán los asalariados de los capitales extranjeros, empresarios argentinos que aún no han comprendido que la Dictadura Militar también es su verdugo, un número de profesionales que aspiran a mejorar sus condiciones salariales con las precitadas empresas o como sirvientes de los mercenarios y otros, que sueñan con incorporarse a estas categorías serviles.

He aquí el escenario  y los sectores de la farsa de la creación de la Universidad de Rosario.

Lo que es innegable es que cada uno aprende de sus maestros. Otro cínico personero de los monopolios, Arturo Frondizi, reglamentó la Universidad privada durante un carnaval. Estos aprovechan el último mes del año, cuando la actividad universitaria es casi nula, para dividir la Universidad.

Nosotros denunciamos esta nueva fanfarronada de la Dictadura Militar. Sostenemos la necesidad de que la U.N.L. cumplan su papel integrador de la región. Denunciamos el cinismo de justificar esto. Para desarrollar los centros educacionales de las ciudades de Santa Fe y Paraná, se le otorga el 17% del presupuesto con el cual, evidentemente, no van a poder cumplir con el desarrollo que se declama. Esto lo rechazamos por absurdo, porque en el momento en que la humanidad surca el espacio, las pretendidas dificultades administrativas que nacen  de los ciento ochenta kilómetros que separan los dos núcleos principales de la U.N.L. no valen como argumento.

El desarrollo de las universidades solamente será factible cuando los argentinos conquistan el ejercicio de la Soberanía Popular y cuando las universidades sean conducidas por autoridades electas por sus claustros y no por sirvientes de la Dictadura Militar, que practican la discriminación ideológica a nivel científico, como lo ilustra el reciente caso del profesor Pollac.

El desarrollo de las Universidades y su función de integradora del medio será factible cuando el pueblo elija su propio gobierno, a través de elecciones sin proscripciones y se vea que los objetivos de Salud Pública y va que permitan encarar con éxito la conquista de la soberanía popular y el derrocamiento, por parte de las mayorías nacionales, de la Dictadura Militar.