INTRODUCCIÓN

El MNR denuncia, ante el congreso de la FUA, este nuevo intento de la regresión instaurada en el gobierno, de dictar una ley orgánica de reestructuración de la enseñanza primaria con el mismo contenido antipopular que la ley universitaria ya dictada.

El objetivo fundamental de esta reestructuración es el de destruir la enseñanza estatal, gratuita y laica establecida por la ley 1420, lo cual significa retroceder en casi un siglo de avances logrados por los sectores populares en materia de educación, para volver a caer en las sombras del dogmatismo y el oscurantismo en que pretenden sumir a nuestro pueblo estos personeros de la antihistoria.

A través de la historia de los diversos pueblos se percibe la relación existente entre su grado de dependencia económica y su grado de dependencia cultural. Quienes entregan el patrimonio económico de la Nación, invariablemente menoscaban el patrimonio cultural de la misma, ya sea permitiendo la ingerencia extranjera en este último o adecuando las características de éste a las exigencias e intereses de aquella.

La relación enunciada se ha cumplido también en nuestro país. Nada más claro para comprenderlo que verificar lo acontecido durante el gobierno de Arturo Frondizi. A partir de 1958, el incremento de la dependencia económica de Argentina se desarrolla en forma polifacética y vertiginosa; a esta entrega del patrimonio económico de la Nación debía corresponder su equivalente en el patrimonio cultural de la misma: Universidades privadas y CAFADE fueron las “principales realizaciones” de los entreguistas en materia cultural.

Hoy se vuelve a comprobar la vigencia de la relación antedicha.

El grupo de hombres que ha tomado por asalto el poder administrativo de la Nación, a la vez que incrementa vertiginosamente la entrega del patrimonio económico del país, menoscaba en grado directo el patrimonio cultural. Es así, que luego del ataque vandálico realizado a la Universidad Nacional, centra el fuego sobre los status inferiores de enseñanza: primaria y secundaria.

El objetivo emerge con absoluta claridad: LA DESTRUCCIÓN DE LA ESCUELA ESTATAL EN BENEFICIO DE LA ESCUELA PRIVADA, en la creencia de que es factible deformar totalmente la mente de los niños y jóvenes, encerrándolos en un dogmatismo y oscurantismo condenados ya por nuestro PUEBLO en las jornadas gloriosas de 1958.

Porque están a contramano de la historia, en sus cerradas mentes, sólo entienden ese planteo que lleva a alejar aún más a los sectores populares de las fuentes de cultura.

Porque se sienten embelesados con la doctrina política vigente en España hace ya 30 años, pretenden tomar su ejemplo, que en materia educacional específicamente, es real y concreto: la Nación más atrasada de Europa desde el punto de vista cultural y científico.

Tan anti-históricos son, que el ejemplo que toman está fallido desde su base, ya que la juventud firmada durante el régimen se rebela hoy.

Mientras todos los países desarrollados del mundo se proponen posibilitar la educación a sus habitantes, los psicópatas que manejan Argentina acentúan el privilegio ya existente en nuestro país, para impedir el acceso y la permanencia de los niños y jóvenes en los distintos niveles de la educación.

Corresponde a un personero del falangismo, Mariano Astigueta, la “patriótica misión” de incrementar la destrucción iniciada en 1958, de la Escuela Estatal, laica y gratuita. Para ello, centra el fuego en la ley 1420 y en las complementarias 4874 y 14473, que constituyen la síntesis orgánica de los elementos de avance logrados en materia de educación primaria.

En el sendero de eliminar la ley 1420, se comienza por violar artículos de la precitada ley. Basta recordar como ejemplo el artículo 10 que establece como norma la co-educación, sistema aplicado en nuestro país durante más de 70 años, y que es anulado por decreto en la Capital Federal.

La explicación típicamente falangista sostiene que es para “preservar la salud moral de los niños de la Capital”, pero en realidad encubre un claro objetivo: destruir la escuela pública volcando grandes sectores de alumnos a la enseñanza privada.

Sobre la base de antojadizas estadísticas, se decretó el cierre de más de 40 escuelas, novecientos grados, sin que fueran trasladados ni reemplazados por otras.

A esta labor debemos sumar el constante despojo de los fondos del Consejo Nacional de Educación y el paulatino incremento del financiamiento a los institutos privados, que se suman a los 10.000 millones de pesos que reciben en concepto de subsidios nacionales y provinciales.

Con total desparpajo se ubica, sin reparos y en forma profesional, en los puestos docentes de la escuela pública, maestros egresados de colegios privados (90% confesionales), siguiendo así en constante violación de la ley 1420.

En síntesis, mientras ocurre este acelerado proceso de “privatización de la escuela estatal”  y “estatización de la escuela privada”, se prepara la ley orgánica de reestructuración de la enseñanza primaria.

Nosotros, los universitarios nucleados en la FUA, que hemos enfrentado y enfrentamos el zarpazo dado a través de la ley universitaria por la regresión instaurada en el gobierno, vemos con profunda preocupación este otro intento de reestructuración en otro nivel de la enseñanza, con el mismo contenido anti-popular.

Considerando

que la lucha por la defensa del patrimonio económico y cultural de la nación es la lucha constante de todos los que bregan por una Argentina independiente y libre, que la FUA es celosa custodia de los intentos de intromisión y distorsión por parte de los enemigos del PUEBLO, a todo nivel de enseñanza, que es necesario, ante esto, sumar las fuerzas de todos los argentinos que se sientan comprometidos en esta lucha, 

el VIII Congreso de FUA resuelve:

Difundir y denunciar, a todos los niveles posibles, el intento de destrucción  de la escuela pública, gratuita y laica.

Hacer llegar este proyecto y aportar solidaridad efectiva a los gremios educadores en lucha.

Propender a acciones conjuntas en defensa de la escuela primaria, la escuela secundaria y la Universidad, que no es otra cosa que la defensa del patrimonio cultural y científico de nuestro pueblo, al cual nos debemos.