Primero:
Celebrar a todo nivel, profundizar la comprensión y la realización de nuestra concepción tanto dentro como fuera de la organización. Hoy asumimos la grave responsabilidad de intentar penetrar fuertemente en el proceso histórico nacional. Para ello creo propicio en esta oportunidad, recordar a todos los integrantes de la Junta de Coordinación Nacional, a todos los integrantes de las Juntas Regionales, a todos los integrantes de los diversos frentes, a todos los responsables de los diversos grupos de trabajo, en definitiva, a todos los integrantes del Movimiento Nacional Reformista, diversas directivas que hacen a los métodos de trabajo e información, tomadas de grandes conductores de la Revolución Mundial y adaptadas por nosotros a nuestras necesidades y a nuestra realidad.
El responsable político de una Junta o los responsables de cualquier frente de trabajo deben saber actuar como un buen jefe de familia campesina. Un jefe de familia campesina tiene el deber de organizar la subsistencia y el desarrollo de su grupo familiar, debe prever las labores necesarias para la defensa de sus integrantes de los ataques del medio, debe prever el desarrollo formativo de cada uno de sus integrantes, debe prever en definitiva, todas las necesidades de cada uno de ellos, y como objetivo, debe llevar a que este núcleo familiar cumpla los objetivos sobre el medio, obteniendo un mayor bienestar y los mayores niveles de vida. El responsable debe actuar en forma tal de posibilitar la mayor realización orgánica y efectiva del trabajo político que le toca conducir.
Cada cuerpo de dirección tiene un número determinado de integrantes. Por cierto no es fácil dirigir bien a este número de integrantes. Cada Junta o frente de trabajo dirige actualmente una vasta región y asume en consecuencia tareas múltiples, en realidad, muy pesadas. Dirigir no significa tan sólo decidir la orientación general y las medidas políticas específicas, sino también establecer los métodos de trabajo correctos. Para cumplir sus tareas de dirección, el responsable de una Junta o de un frente de trabajo debe apoyarse en los hombres que lo integran y hacerlos desempeñar plenamente su papel.
Para ser un buen responsable es necesario estudiar e investigar lo mejor posible. Al responsable le será difícil dirigir a los integrantes de la Junta o los frentes de trabajo si no se preocupa de realizar una labor de propaganda y organización entre ellos, si no sabe mantener buenas relaciones con los miembros de la Junta ni estudia cómo conducir con éxito las reuniones. Si los integrantes no marchan al compás, que ni piense en poder dirigir a millones de hombres y mujeres en el combate contra los mercenarios, contra el imperialismo, por la construcción de una Argentina libre e independiente. Las relaciones entre el responsable y los miembros de las Juntas se fundan sobre el principio de que la minoría debe someterse a la mayoría y, por lo tanto, difieren de las relaciones entre un jefe de familia y sus integrantes.
Segundo:
Colocar los problemas sobre la mesa. Esto lo deben hacer no sólo los responsables, sino también los miembros de toda la Junta y los miembros de todo frente de trabajo. No se debe hablar a espaldas de la gente. Cuando surge algún problema hay que celebrar una reunión, colocar el problema sobre la mesa para discutirlo y tomar decisiones, el problema quedará resuelto. Si existen problemas y no se colocan sobre la mesa, permanecerán sin resolver por largo tiempo y hasta seguirán pendientes durante años. Entre el responsable y los miembros de la Junta debe haber mutua comprensión. No hay nada más importantes que la comprensión el apoyo y la amistad entre el responsable y los miembros de la Junta, dentro de la Junta de Coordinación Nacional y las Juntas Regionales, así como entre las Juntas Regionales y diferentes frentes de trabajo. En el pasado se prestó poca atención a este punto, pero desde los últimos tiempos se han logrado grandes progresos en este sentido y se han fortalecido considerablemente los lazos de amistad y de unidad. En adelante debemos continuar prestando constante atención a este punto.
Tercero:
Intercambiar informaciones. Esto quiere decir que los miembros de una Junta del Movimiento deben mantenerse mutuamente informados e intercambiar opiniones sobre los asuntos que hayan llegado a su conocimiento. Esto es de gran importancia para lograr un lenguaje común. Algunos de nuestros cuadros de alto rango no tenían un lenguaje común ni siquiera sobre los problemas teóricos fundamentales del marxismo-leninismo, porque no habían estudiado lo suficiente. Hoy hay mayor comunidad de lenguaje en el Movimiento, pero el problema aún no está resuelto del todo.
Pero por sobre todas las cosas, es necesario comprender que para lograr un lenguaje común existe un requisito indispensable, el estudio colectivo de los materiales del Movimiento.
Cuarto:
Consultar a los subordinados sobre lo que no se comprenda o no se conozca, y no expresar con ligereza aprobación o desaprobación. Algunos documentos, después de redactados no se expiden, sino que se retienen por un tiempo, precisamente porque en ellos aún quedan problemas por aclarar y es necesario consultar primero a los niveles inferiores. Nunca debemos fingir lo que no sabemos, “no hay que sentir vergüenza de consultar a los de abajo”, sino saber prestar oído a las opiniones de los cuadros de los niveles inferiores. Hay que ser alumno antes de ser maestro, hay que consultar a los cuadros de abajo antes de dar órdenes. Así lo deben hacer, al tratar los problemas, todos los equipos de trabajo de la Junta de Coordinación Nacional y de las Juntas Regionales y todos los responsables del Movimiento excepto en caso de urgencia o cuando los asuntos estén ya claros. Lejos de disminuir su prestigio, eso sólo puede elevarlo. Cuando nuestras decisiones incluyen las opiniones de los cuadros de todos los niveles, es natural que estos las apoyen. Lo que dicen los cuadros inferiores puede ser correcto y puedo no serlo, es preciso analizarlo, debemos escuchar las opiniones de todos y actuar en concordancia. Si la dirección de la Junta de Coordinación Nacional es justa y correcta, se debe principalmente a que sintetiza los materiales, los informes y las opiniones justas que le llegan de las diferentes Regionales. A la Junta de Coordinación Nacional le sería difícil dar órdenes justas si los diferentes cuadros no le proporcionaran materiales ni le expusieran sus opiniones. Hay que escuchar todas las opiniones aunque estén equivocadas, y es erróneo no escucharlas en absoluto, sin embargo en vez de seguirlas hay que criticarlas,
Quinto:
Aprender a “tocar el piano”. Al tocar el piano hay que mover los diez dedos no hay que mover sólo alguno, dejando inmóviles los otros. No obstante, si pulsamos el teclado con los diez dedos a la vez, no se producirá melodía alguna. Para producir buena música, los diez dedos deben moverse de manera rítmica y coordinada. Las Juntas y los frentes de trabajo deben asir firmemente la tarea central y, al mismo tiempo desplegar en torno de ésta el trabajo en otros terrenos. En la actualidad tenemos que preocuparnos de muchos campos, debemos atender el trabajo en todas las regionales, en todos los frentes de trabajo y no debemos fijar nuestra atención únicamente en algunos problemas, dejando de lado los demás. Donde quiera que haya un problema, tenemos que pulsar la tecla correspondiente: éste es un método que debemos dominar. Algunos tocan bien el piano y otros mal, y hay una gran diferencia entre las melodías que producen unos y otros; los compañeros de las Juntas y frentes deben aprender a tocar bien el piano.
Sexto:
“Asir firmemente”. Es decir, las Juntas y los frentes de trabajo no sólo deben asir sus tareas principales, sino que deben “asir firmemente”. Se puede empuñar algo cuando se lo agarra firmemente, sin aflojar en lo más mínimo. Asir pero no firmemente, es lo mismo que no asir. Naturalmente no se puede empuñar nada con la mano abierta. Tampoco se empuña nada, cuando se cierra la mano como para tomar algo, sin apretarla con firmeza. Algunos de nuestros compañeros toman en sus manos las tareas principales, pero no lo hacen en forma firme y, por eso no pueden realizar un buen trabajo. No asir, no se puede; asir sin firmeza, tampoco se puede.
Séptimo:
“Tener las cifras en la cabeza”. Es decir, debemos prestar atención al aspecto cuantitativo de una situación o problema y hacer un análisis fundamental de las cantidades. Creemos que la cantidad de estudiantes garantizará el nivel de la calidad. La calidad con desarrollo sostenido surge únicamente de la cantidad.
Hasta la fecha, muchos de nuestros compañeros aun no comprenden que deben prestar atención al aspecto cuantitativo de las cosas: las estadísticas básicas, los principales porcentajes y los límites cuantitativos que determinan la calidad de las cosas. No tienen “las cifras en la cabeza” y, en consecuencia, no pueden evitar errores. Por ejemplo al llevar a cabo la movilización de las masas es esencial saber cifras, como los porcentajes de la población que representan respectivamente las diversas agrupaciones políticas, los diversos sindicatos y las diversas organizaciones de masas; por eso, sólo sobre esa base podemos formular una política correcta. A quiénes llamar hoy aliados o agentes del imperialismo, a quién llamar mercenario, a quién considerar un aliado para el gran Frente Nacional que luche por la independencia y libertad argentinas, aquí es preciso establecer un límite también cuantitativo. En todo movimiento de masas, debemos hacer una investigación y un análisis básicos del número de los partidarios activos, de los opositores y de los que mantienen una posición intermedia, y no tomar decisiones sin fundamento y de manera subjetiva.
Octavo:
“Bando a la población”. Hay que anunciar con anticipación las reuniones, esto es como colocar un bando a la población, para que todo el mundo sepa qué se va a discutir y qué problemas se van a resolver y pueda prepararse con tiempo. En algunos lugares, se convocan reuniones de cuadros sin tener listos de antemano los informes y los proyectos de resoluciones, y se los improvisa, mal que bien, cuando ya han llegado los participantes, esto recuerda el dicho: “han llegado las tropas y los caballos, pero no están listos los víveres y los forrajes”. Eso no es bueno. No hay que apresurarse a convocar reuniones si no están bien preparadas.
Noveno:
“Menos pero mejores tropas y una administración más simple”. Charlas, discursos, artículos y resoluciones, todo debe ser conciso e ir al grano. Del mismo modo, las reuniones no deben ser demasiado largas.
Décimo:
Prestar atención a la unión en el trabajo con los compañeros cuyas opiniones difieren de las de ustedes. Hay que tener presente este principio tanto en las Juntas como en los frentes de trabajo. Esto también se aplica a nuestras reuniones con las personas no pertenecientes al Movimiento. Hemos venido desde todos los rincones del país y debemos saber unirnos en el trabajo no sólo con los compañeros que compartan nuestras opiniones, sino también con los que mantienen opiniones diferentes. Entre nosotros hay también quienes han cometido errores, graves, no debemos tenerlos entre ojos, sino estar dispuestos a trabajar con ellos.
Undécimo:
“Guardarse de la arrogancia”. Este es un problema de principios para todo dirigente y, también una importante condición para mantener la unidad. Ni siquiera los que han cometido errores graves y han logrado grandes éxitos en su trabajo. Debemos mantener nuestro estilo de vida sencillo y de lucha dura, así como cerrar el paso a la adulación y a los elogios exagerados.
Duodécimo:
Trazar dos líneas divisorias. Primero, entre la Revolución y la Contra-revolución. Algunos no saben que deben trazar esta línea divisoria. Por ejemplo, cuando se combate a los partidos burgueses, hablan de todos ellos como si en ninguno hubiera nada bueno, y no hacen la comparación de los que son personeros y representantes del imperialismo y de los que simplemente representan a sus clases, clase media o burócratas sindicales. Cometen así un error fundamental. Segundo, entre las filas de la Revolución es necesario hacer una clara distinción entro lo justo y lo erróneo, entre los éxitos y las deficiencias, y, además, poner en claro cuál de los dos aspectos es el principal y cuál es secundario. Por ejemplo, representan los éxitos el 30% o el 70%. No está bien subestimarlos, tampoco está bien exagerarlos. Hay que evaluar en forma global el trabajo de una persona y establecer si sus éxitos representan el 30% y sus errores el 70%, o a la inversa, si los éxitos llegan al 70%, el trabajo de dicha persona debe ser aprobado en lo esencial. Sería enteramente falso considerar los errores como lo principal cuando en realidad lo constituyen los éxitos.
Al examinar los problemas no debemos olvidarnos jamás de trazar esas dos líneas divisorias: entre la Revolución y la Contra-revolución, entre los éxitos y las deficiencias. Si tenemos presentes estas dos líneas divisorias, las cosas marcharán bien; de otro modo confundiremos la naturaleza de los problemas. Desde luego, establecer bien estas dos líneas requiere estudio y análisis cuidadosos. Debemos adoptar una actitud de análisis y estudio hacia cada persona y cada cuestión.
Nosotros pensamos que las Juntas Regionales, que las Juntas específicas, que los frentes de partido, que las Juntas de barrio, etc., sólo pueden realizar bien su labor si aplican los métodos arriba mencionados. Además de conducir bien las reuniones del Movimiento, es de suma importancia que las Juntas del Movimiento en todos los niveles realicen bien su trabajo de dirección. Debemos esforzarnos por estudiar y perfeccionar los métodos de trabajo, a fin de elevar más el nivel de dirección de las Juntas de nuestro Movimiento.
Decimotercero:
Acerca de la información. Con el objeto de que la Junta de Coordinación Nacional obtenga informaciones a tiempo y pueda así ayudar a todas las Regionales, antes o después de tal o cual medida a tomar y a fin de evitar errores, de modo que se logren victorias aun mayores en nuestra tarea de constituir el FRENTE DEL PUEBLO por una Argentina libre o independiente, creemos necesario tender a partir de este momento hacia el logro de los siguientes sistemas de informes:
Al responsable de cada Regional, al responsable de cada Junta Especial, al responsable de cada frente de trabajo, al responsable de cada grupo le incumbe la responsabilidad de presentar cada mes a la Junta de Coordinación Nacional y a su responsable político, un informe general. El informe debe abarcar las actividades políticas, gremiales, de la consolidación del Frente del Pueblo, de la economía, de la propaganda y la cultura, problemas y tendencias que hayan surgido de estas actividades y los métodos para su solución. Cada informe deberá ser concreto y conciso, excepto en casos especiales. El informe debe ser limitado en lo esencial y escrito en estilo conciso, señalar los problemas o bien los puntos de controversia. Debe ser escrito y girado a comienzo de cada mes. Este será el informe regular con solicitud de instrucciones que el secretario de cada Regional de cada Junta, de cada frente, de cada grupo, somete, bajo su responsabilidad, a la Junta de Coordinación Nacional y a su responsable político. Cuando el responsable de un organismo se encuentra incapacitado por razones personales o de ausencia de realizar este informe, debe designar a alguien para que oportunamente lo haga, pero lo esencial es que mensualmente deben estar en poder de la Junta de Coordinación Nacional los informes de todas las organizaciones del Movimiento.
Establecemos este sistema de informes sobre cuestiones de la política del Movimiento, informes regulares y generales con solicitud de instrucciones, porque luego de haber adoptado el camino del Frente del Pueblo por la lucha de la libertad e independencia de Argentina, no todos los compañeros tienen idea correcta acerca de la dimensión de esta tarea, que debe ser enfocada con la mayor precisión y la mayor coincidencia en todo el país; un contacto mal realizado, un trabajo mal realizado, puede fraccionar, alterar e inutilizar nuestro trabajo muy seriamente y durante mucho tiempo, por eso es que todos deben comprender la necesidad e importancia de presentar informes a la Junta de Coordinación Nacional y de pedirle instrucciones antes o después de tomar tal o cual medida. A raíz de todo esto, la Junta de Coordinación Nacional no tiene en claro, no tiene suficientemente en claro sus actividades y medidas políticas importantes, y, por lo tanto, han ocurrido situaciones irremediables o difíciles de remediar, o situaciones que deben subsanarse, pero que ya han causado deterioro o pérdida del trabajo realizado con gran sacrificio; a partir de este momento, en donde intentamos penetrar profundamente, cuantitativa y cualitativamente en el proceso nacional, las Juntas, las diversas regionales en todos los niveles, tienen que corregir el mal hábito de no pedir instrucciones previas a nivel de la Junta de Coordinación Nacional, ni presentarle informes posteriores. Los equipos técnicos y secretarías, como órganos designados por la Junta de Coordinación Nacional o por las Juntas Regionales para llevar a cabo en su nombre las tareas que se le confían, deben mantener con estas o con aquellas el contacto más estrecho posible. De la misma manera, las Juntas Regionales deben mantenerse en estrecho contacto con la Junta de Coordinación Nacional. Ahora que nuestra tarea ha entrado en un nuevo y complejo período, es imprescindible fortalecer estos contactos y esta coordinación. Debemos remediar lo reducido de nuestras fuerzas ante la magnitud de la tarea emprendida en base a una unidad y coordinación excepcionales que nos permitan la utilización al máximo de los sacrificios de todos los integrantes del Movimiento.
Al comenzar hace ya tiempo nuestra tarea y nuestra coordinación en el Movimiento, pensamos que estas disposiciones, este método de trabajo, no podía ser realizado por una falta de comprensión, por una falta de formación, por una falta de maduración en todos nosotros. El tiempo ha avanzado, nuestro estudio, nuestra coordinación, nuestro método de trabajo y elaboración colectiva han permitido ir señalando el derrotero que nuestro pueblo debía tomar para enfrentar a los agresores y a los mercenarios que aquí le sirven, es necesario hoy tener en claro que toda la justeza de organización en materia de coordinación, de disciplina, de seguridad, es esencial para los éxitos de nuestra línea política y para la seguridad personal del Movimiento, de cada uno de sus integrantes. Quien así no lo entienda, deberá ser reemplazado en la tarea porque no podemos dejar en manos de la desorganización, de la irresponsabilidad, ni la suerte del Movimiento ni la de sus integrantes.
MOVIMIENTO NACIONAL REFORMISTA (MNR)