El debate en torno del tema de la Reforma de la Constitución Nacional, debe inscribirse en la necesidad de arribar a un acuerdo nacional acerca de qué país queremos construir.
La Constitución de 1853 exteriorizó la inserción de los argentinos en el espacio y el tiempo que les tocó vivir. Sirvió a un modelo de país que hoy, en 1993 ya no existe.
A 136 años de su sanción, fuerza es admitir que en este siglo mayor ha sido el tiempo que no ha estado vigente. Formalmente venerada y sistemáticamente violada en la realidad de los hechos desde que Sáenz Peña sancionara el voto universal, secreto y obligatorio, la letra de nuestra Constitución Nacional expresa un divorcio abierto con la realidad actual.
El socialismo cree en la necesidad de la reforma constitucional porque quiere el afianzamiento y el perfeccionamiento de las instituciones de la democracia. Por ello rechaza la iniciativa de llevar el problema constitucional argentino al terreno de reelección presidencial si, o reelección presidencial no. Esta iniciativa, además de ser equivocada, es intrascendente y negativa para el futuro de las instituciones el país.
Desde un sector se habla de modificar sólo algunas cuestiones instrumentales de la parte orgánica, como la eliminación de los colegios electorales, la reducción del mandato de los senadores y por supuesto, la reelección presidencial, de manera de asegurarle a los grupos del privilegio que no se tocará su porte dogmática, es decir los derechos sociales. Desde otro sector se sostiene que no es oportunidad de la reforma por la inseguridad jurídica existente en el país y por lo tanto que debe dejarse para más adelante.
Tanto unos como otros coinciden en la cuestión de fondo: anteponen los intereses electorales inmediatos a la necesidad de sentarse en una misma mesa a discutir y consensuar un proyecto nacional para el país.
Para el socialismo, es conveniente y oportuno abrir un debate nacional acerca de la necesidad de reformar globalmente la Constitución Nacional, porque como siempre resulta conveniente y oportuno hacer lo que es necesario, más allá de preferencias o matices.
Resulto no sólo oportuno y conveniente, sino imperioso encontrar los rumbos, generar un amplio consenso básico, un gran acuerdo de coincidencias nacional para reformular en unidad con claras reglas de juego el país que los argentinos queremos y acordemos construir.
El socialismo cree que debe abrirse un gran debate nacional para que la población opine y participe acerca de cómo deben funcionar las instituciones de la democracia y acerca de cuáles son los derechos y garantías que debe consagrar la Constitución.
La reforma de nuestro centenario texto, debe tender fundamentalmente a posibilitar -a través de nuevas formas de participación-el ámbito institucional para proceder a acordar las bases de nuevas formas de convivencia para salir adelante. Debe vincular en profundidad a las instituciones con la participación social para recuperar la confianza y credibilidad del pueblo en ellas hoy profundamente disminuidos.
Los golpes de Estado de 1930, 1955, 1966 y 1976, han sido determinados por la existencia de profundas contradicciones estructurales económicas y sociales aún no resueltas, pero es necesario reconocer que a ello ha concurrido la debilidad e irrepresentatividad crecientes en el tiempo de nuestras estructuras institucionales. No se concibe la satisfacción de las demandas sociales sin la consolidación democrática y no es posible consolidar la democracia en el marco de las viejas instituciones que limitan la efectiva y protagónica participación popular.
La democracia representativa actual que no promueve la participación ciudadana; acrecienta el divorcio entre la política y las demandas sociales.
El socialismo, que jerarquiza la capacidad creadora y realizadora del pueblo argentino promueve cambios institucionales que prioricen una democracia social participativa, no para suplantar, sino como complemento indispensable de la forma representativa. Se trata de fortalecer la vida institucional, a través de asegurar nuevas y crecientes formas de descentralización y de participación.
Por ello el socialismo propicia la reforma total de la Constitución Nacional tanto en su parte orgánica como dogmática. Para aportar a ese debate, ratifica los objetivos y alcances de la reforma aprobados como propuesta a los argentinos en el congreso partidario de 1989, entre otros a saber:
OBJETIVOS Y ALCANCES DE LA REFORMA
Lo reforma que nuestra Constitución necesita debe ser total, esto es, abarcar tanto su parte dogmática como su parte orgánica.
♦A- Participación Popular
La institucionalización y promoción de la misma en todas las áreas y en todos los niveles, constituye el objetivo fundamental de la Reforma Constitucional para el Socialismo.
Instrumentar mecanismos de democracia semidirecta: plebiscito y referéndum y consejos asesores con espacio para la participación del hombre común y de las organizaciones intermedias en todas las áreas y niveles de la vida social y el Consejo Económico Social y Político a nivel provincial y nacional.
• B- Derechos Humanos
Nuestra reciente experiencia histórica aconseja concretar una especial protección a la vigencia de los derechos humanos, receptando expresamente el hábeas corpus y el amparo, estableciendo precisas limitaciones a la detención de personas, allanamientos, controles personales, etc.
•C- Defensa de la Democracia
Es necesario consagrar la defensa efectiva del régimen democrático estableciendo constitucionalmente la ilegitimidad de todo gobierno usurpador y la consecuente nulidad de sus actos.
•D- Derechos Sociales
Es necesario que aquellas libertades "negativas" del constitucionalismo clásico ser ampliados en las líneas de las libertades "positivas" del nuevo Constitucionalismo Social los derechos del niño, la de juventud, la ancianidad, la mujer, la familia y del trabajador deben consagrarse constitucionalmente. Así como la igualdad al acceso a la salud y a la educación.
•E- Actividad Económica
Se promoverán las actividades privadas, la de las pequeñas y medianas empresas y de las cooperativas.
Se sostiene el principio de función social de las actividades económicas y la participación del Estado en la regulación del mercado.
•F- Forma de Gobierno
Es indispensable producir una descentralización del poder y dotar de mayor flexibilidad a nuestra forma de gobierno. Para ello deben establecerse un régimen semipresidencialista que establezca un coejercicio armónico de las facultades de gobierno entre el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo.
• G- Autonomía Municipal
La Constitución Nacional debe consagrar la autonomía municipal: el derecho a darse su propia carta orgánica y la facultad de implementar y administrar sus recursos propios.
•H- Poder Judicial
Es necesario asegurar la independencia efectiva del Poder Judicial tanto respecto de los otros poderes gubernamentales como de los grandes factores de poder.
•I- Medio Ambiente
El Estado conserva los recursos naturales en interés de las generaciones presentes y futuras, y garantiza su explotación racional, velando por la mejora de calidad de vida.
•J- Rol del Estado
Definimos al Estado como social, democrático y participativo, que garantizará y promoverá la prestación de servicios públicos, la distribución equitativa de la riqueza nacional, la defensa de los consumidores, las actividades cooperativas y de las pequeñas y medianas empresas.
•K- Federalismo
Los socialistas promovemos el federalismo tanto en sus aspectos institucionales como sociales y económicos.
Buenos Aires 6 y 7 de Marzo de 1993.
Partido Socialista Popular - Argentina