Introducción
Hoy en los años 90 más gente que nunca en América Latina y el Caribe está atrapada en la pobreza. La calidad de vida, la atención médica y la educación empeoran constantemente, los índices de criminalidad crecen y la vida se ha vuelto mucho más dura y las mujeres y los niños pequeños son los que más sufren. En tanto los gobiernos se abocan a restaurar la estabilidad y el crecimiento, la pobreza se hace mucho más extendida.
Unos 180 millones de personas, o sea 2 de cada 5 habitantes de América Latina y el Caribe viven en la pobreza: un incremento notorio desde el estimado de 130 millones en 1980.
En nuestro país el crecimiento de la pobreza y la fragmentación social son expresiones elocuentes de los costos sociales y nacionales de las políticas de ajuste aplicadas. La antinomia entre “Estado” y “Mercado” ha cedido lugar a la comprensión de que tanto el modelo desarrollista, centrado en el rol activo del estado, como el “modelo neoliberal” que se apoya en la dinámica del mercado, deben ser analizados en relación al contexto social y no en función de discursos ideológicos.
Sucede que el discurso del mercado como el gran asignador de recursos, está construido a partir de un supuesto de concurrencia y competencia que no sólo se cumple para nada en el capitalismo actual, dominado por grandes concentraciones de capital, en el que enormes transnacionales no “toman sus datos” del mercado sino que “hacen el mercado”. En esta fase el desarrollo capitalista, el mercado se constituye en el gran mecanismo para sostener y aumentar esa concentración y genera constante e inevitablemente desigualdad y pobreza, como lo constatamos hoy en la Argentina.
El costo social del ajuste ha recaído de manera desproporcionada sobre los trabajadores y los estratos de ingresos medios. El nivel de desempleo alcanzado hoy en nuestro país, no tiene antecedentes en la historia, ocupando la mujer el primer lugar.
El resultado es una sociedad escindida con un “mundo de ricos” y un “mundo de los pobres” con profundas desigualdades en sus niveles y formas de vida.
Cuando el ajuste se agote nos vamos a encontrar con una estructura productiva que en lugar de haber modificado sus caracteres estructurales, ha consolidado sus deformaciones y la pobreza y marginalidad serán más agudas.
En estas condiciones resulta difícil compartir aquel sentimiento de “comunidad” que sustenta el reconocimiento de procedimientos democráticos.
Esta realidad se ve agravada por la profundización de la corrupción en todos los niveles, lo que carcome los cimientos mismos de la sociedad y aumenta el descreimiento en las instituciones de la democracia.
Se trata, entonces, de un debate más profundo de lo que se piensa. Tenemos que cuestionarnos y asumir la responsabilidad de transformar la realidad en base a nuevos valores. Solamente un crecimiento sostenido, mayormente equilibrado, puede promover, salvar y consolidar la vida en democracia.
Es necesario, por otra parte, profundizar la democracia que hoy tenemos creando mecanismos institucionales que posibiliten la descentralización y la participación ciudadana.
Sólo la participación y los estrictos controles que ejercerá la gente sobre quienes gobiernan harán posible que los recursos públicos se dirijan a áreas prioritarias como lo son la educación, la salud, el cuidado del medio ambiente, la generación de empleo, la vivienda y los programas sociales.
Propuestas
La crisis y las políticas de ajuste han afectado particularmente a las mujeres en todos los aspectos relacionados con el empleo, la atención de la salud, la educación, la cobertura social y en general en la calidad de vida de las mujeres. En los últimos años se han producido en nuestro país avances muy importantes tanto en aspectos normativos como también en el grado de concientización en nuestra sociedad, acerca de la necesidad y del derecho que le asisten a las mujeres de participar en los distintos niveles de decisión. No obstante estos aspectos positivos, se requiere abordar una fuerte política de Igualdad de Oportunidades en cumplimiento del inciso 23, del artículo 75, del capítulo cuarto de la Constitución Nacional.
Las mujeres de la Unidad Socialista presentan un conjunto de propuestas que a continuación se detallan.
Participación política
La concreción de los derechos de la mujer sólo será posible a través de su participación en la toma de decisiones. Para ello es necesario adoptar medidas que promuevan la participación, el pleno desarrollo y el efectivo ejercicio de sus derechos.
Para que las mujeres accedan a la igualdad de oportunidades hace falta profundizar y complementar el desarrollo normativo del principio de igualdad, modificar desde el inicio de la familia, las actitudes, comportamientos, formas de vida y estructuras sociales que impiden a las mujeres el libre desarrollo de su personalidad y su participación activa en el trabajo, la cultura y la política.
Las mujeres socialistas consideramos que la democratización en la política comienza con la democratización del grupo familiar. Proponemos:
• Cumplimiento de la ley de cupo.
• Impulsar la ley de cupo en el orden provincial, y municipal en las jurisdicciones donde no exista.
• Exigir la modificación de la ley de cupo de modo tal que se dé cumplimiento a la finalidad de la misma ubicando a la mujer como máximo en el tercer lugar de la lista de candidatos/as.
• Promover la implementación de la ley de cupo en todos los niveles de conducción partidaria, modificando la actual ley de partidos políticos.
• Impulsar el establecimiento del cupo en todo tipo de organización social gremial y política.
• Facilitar la capacitación y el ejercicio político de la mujer.
• Impulsar la creación de órganos específicos de la mujer en el orden nacional, provincial y municipal.
• Estimular el desarrollo de espacio de participación de la mujer en el orden no gubernamental.
Exigimos los puntos precedentes sobre la base real de que las mujeres constituimos más del 50% del padrón electoral.
Trabajo
• Realización de campañas de difusión de los derechos de la mujer en el trabajo y seguridad social.
• Incremento de los lugares de información y orientación para el empleo de la mujer.
• Campañas para fomentar la igualdad en el trabajo, debiendo crearse un Tribunal que controle el respeto de tal principio, con facultades para aplicar sanciones y disponer la anulación de la medida discriminatoria que se hubiese aplicado en perjuicio de la mujer trabajadora, ya sea en el acceso o en cualquier etapa de la relación laboral.
• Adopción de programas de fomento del empleo femenino, en particular dirigido a mujeres jóvenes y a quienes tienen más de 45 años. Los programas de fomento del empleo femenino deben estar básicamente sustentados en medidas de carácter tributario (desgravaciones impositivas) y no en el aumento de la flexibilización laboral que incentiva la contratación de mano de obra en condiciones precarias y sin ninguna estabilidad. Promover la contratación indefinida y la derogación de las normas contenidas en la actual Ley de Empleo en lo que respecta a las modalidades de contratación sin protección contra el despido arbitrario.
• La reestructuración del sector público, que implique la disponibilidad del personal, no puede realizarse sin planes de reinserción ocupacional, ni cursos de capacitación que posibiliten una reconversión laboral. Es imprescindible realizar cursos de capacitación destinados a la mujer, tendientes a posibilitar mejores condiciones para acceder al mercado laboral y para ascender en la carrera profesional.
• Control de las condiciones y medio ambiente de trabajo, en particular, control del impacto de las medidas de flexibilización laboral sobre la salud de la mujer trabajadora, e incluso, de su grupo familiar.
• La maternidad no es una responsabilidad individual solamente; es también social, y el Estado, así como la sociedad, deben coadyuvar a garantizar las prestaciones que no sólo la mujer madre, sino la familia toda, necesita para afrontar la satisfacción de sus necesidades materiales y espirituales, en especial cuando ambos padres trabajan y sobre todo, cuando trabaja la madre y es a su vez sostén único de hogar. Para ello, es indelegable la responsabilidad de los poderes públicos para garantizar el funcionamiento y accesibilidad de guarderías para ambos padres.
• Revisión de la legislación laboral que acuerde las licencias que dignifiquen a la familia, extendiendo no sólo el plazo de las mismas (en especial la licencia por maternidad) sino contemplando su extensión al hombre para evitar que todos los beneficios concedidos a la mujer exclusivamente, repercutan sobre ella en forma negativa, lo que redunda en una mayor discriminación. Asimismo, esta igualdad se orienta a revalorizar el significado y el lugar del padre trabajador en su familia.
• Contemplar las sanciones que correspondan al acoso sexual en el lugar de trabajo en el ámbito privado, tanto como en el público.
• Rejerarquización del papel de las asignaciones familiares, hoy relegadas a un rol inexistente. Mecanismos para su percepción en forma igualitaria para los beneficiarios varones y mujeres, derogando toda exigencia discriminatoria para interponer la solicitud de los mismos. Percepción de la asignación por esposo en las mismas condiciones que se exige para la percepción de la asignación por esposa.
• Valorización del trabajo en el hogar reconociendo su aporte y contribución al producto del país.
• Reestructuración del fuero laboral, posibilitando celeridad en la resolución de los conflictos laborales, que hoy alcanzan a cuatro o más años.
• Promoción del empleo a nivel municipal, adoptándose políticas públicas a escala local que fomenten el empleo femenino, en el lugar y actividades más cercanas a las mujeres.
• Fomento de las cooperativas de trabajo.
• Promoción de un nuevo rol para la mujer en el hogar, alentando la corresponsabilidad en las tareas hogareñas y en la crianza de los hijos, que posibilite a la mujer ejercer su derecho al trabajo.
Familia
Los socialistas somos conscientes de las distintas formas y funciones de la familia que varían desde las familias extendidas a familias monoparentales. Consideramos que la unidad familiar significa la convivencia de adultos entre sí o la convivencia de adultos con niños. La sociedad tiene la responsabilidad de apoyar, ayudar y proteger a todos los miembros de la familia. Proponemos:
• Programas de asistencia especial para la mujer y el menor maltratados con la creación de centros que presten asesoramiento, asistencia y refugio transitorio a los integrantes del grupo familiar involucrado.
• Programas de asistencia especial, legal y psicológica a la madre soltera, abandonada con familia numerosa, hijos discapacitados y / o adictos.
• Crear Tribunales de Familia con tratamiento interdisciplinario y con personal especializado en los temas referidos a familia, donde no los hubiere.
• Jardines maternales en los barrios, coordinando su acción entre el gobierno nacional, provincial y municipal, la universidad, escuelas, obras sociales, sectores privados, partidos políticos y canalizando la participación de los habitantes a través de sus organizaciones intermedias. Priorizar los barrios más carenciados.
• Fomentar, mediante un estudio profundo, la adecuación entre los horarios laborales y los horarios de los colegios y guarderías con el fin de conseguir una mayor racionalización de los mismos.
• Promover Programas con alternativas para la atención de los familiares que precisados de asistencia, convivan en familias monoparentales, o en la que ambos cónyuges trabajen: extensión de la ayuda a domicilio, servicios municipalizados de enfermeras o matronas, centros de día, etc.
• Programas destinados a los niños que carezcan de familia, contemplando su incorporación inmediata al ámbito familiar en caso de ser posible; de lo contrario, en hogares en tránsito, familias sustitutas, etc. desechando la internación masiva y despersonalizada.
• Dictar la reglamentación de la Ley de Protección contra la violencia familiar (Ley 24.417) y la rápida adecuación en las jurisdicciones provinciales.
• Promover medidas que tiendan y aseguren la responsabilidad común de hombres y mujeres en la educación de los hijos, primando el interés de los niños.
• Implementar mediante medidas concretas el enunciado del artículo 75 pto. 23 de la nueva Constitución que dice: “Arbitrar los medios tendientes a dictar un régimen de Seguridad Social especial e integral en protección del niño en situación de desamparo, desde el embarazo hasta la finalización de la enseñanza elemental y de la madre desde el embarazo y el tiempo de lactancia”.
• Promover las reformas necesarias para suprimir toda forma de discriminación legal y colocar a la mujer en un pie de igualdad con el hombre en el plano jurídico.
Educación
El sistema educativo en nuestro país está en crisis. Un modelo agotado, que no tiene futuro, carece de objetivos educacionales para capacitar a las nuevas generaciones.
El proceso de la democratización de la educación, para los socialistas, tiene su base conceptual en la carencia de la igualdad esencial de todos los seres humanos.
En nuestro país la existencia de altos índices de analfabetismo atenta con esta concepción; y la mujer, a pesar de haber avanzado mucho en este terreno, continúa siendo más perjudicada que el varón.
La desigualdad de oportunidades en la educación de la mujer se ve expresada en la educación formal, por los planos, contenidos y métodos actualmente existentes, realmente discriminatorios.
Lograr la participación de la mujer en iguales condiciones del hombre en la vida familiar, en el trabajo productivo y en la planificación y dirección de la sociedad, exige que se den las mismas posibilidades educacionales a niñas y niños y las mismas oportunidades para sus futuras actividades en la sociedad.
A los fines de contribuir desde el plano educativo al objetivo de lograr la igualdad de oportunidades proponemos:
• El contenido de la enseñanza, los planes de estudio, los libros de texto y la capacitación a los educadores deberán contribuir a:
a) Suprimir modos de pensamiento y de conductas considerados como específicos de uno u otro sexo.
b) Generar relaciones entre los géneros basadas en la equidad, solidaridad y el respeto mutuo.
c) Estimular la participación activa de ambos sexos en la vida ciudadana; preparar a las mujeres para participar en los niveles de decisión y a los varones para compartir las responsabilidades del ámbito familiar.
d) Incorporar las contribuciones que las mujeres han realizado al desarrollo económico y cultural de la sociedad.
e) Formar una visión más realista de mujeres y hombres que refleje toda la diversidad de las características humanas, estéticas, étnicas, diferentes roles, opciones de vida y modelos familiares que respondan a los cambios sociales de los últimos años.
• Dar especial atención a la capacitación de los educadores dictando cursos para docentes y de todos los niveles sobre educación no sexista y no discriminatoria que otorguen puntaje especial.
• Democratizar la educación formal a través de una metodología que promueva las relaciones horizontales entre autoridades, educandos, educadores y la democratización de la familia.
• Revalorizar el protagonismo de la mujer en nuestra historia, rescatando su participación y sacándola del anonimato en el que se encuentra.
• Incorporar a la educación formal los conceptos de salud para que tanto las alumnas como los alumnos se desenvuelvan con autonomía en el ámbito doméstico y en el cuidado de la salud propia y de las otras personas. Poner especial énfasis en:
a) Nutrición.
b) Salud reproductiva.
c) Educación sexual.
d) Prevención de abuso sexual, Sida y otras enfermedades de transmisión sexual.
e) Ejercicio físico y deportes. Impulsar la práctica deportiva femenina con el fin de equilibrar la participación de la mujer en este ámbito.
• Promover la enseñanza de la mujer adulta en los niveles primario, secundario, terciario y universitario, fundamentalmente en las carreras no tradicionales que hagan a las necesidades presentes y futuras de la Nación.
• Promover el acceso de la mujer a las escuelas técnicas, en las que se deben incorporar conceptos modernos de educación, incluyendo granjas, talleres, laboratorios, en donde la elaboración y ejecución sean el principal método de enseñanza y teniendo en cuenta las posibilidades y necesidades de la región.
• Estructurar en todos los niveles educativos la posibilidad de que las mujeres que trabajan puedan estudiar, incrementando para ello el número de centros de atención infantil y centros educativos complementarios para sus hijos.
• Considerar a la coeducación en todos los niveles educativos como de fundamental importancia en el proceso de cambio, debiendo ser obligatorio.
• Posibilitar a través de la educación informal, un cambio de actividades y comportamientos entre los sexos.
• Incorporar a los planes de estudio y promover la difusión a través de las organizaciones intermedias, ONGs, etc. de la “Convención Sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer”; de la “Convención Internacional sobre los Derechos del Niño y de la Declaración Universal de los Derechos Humanos”.
• Promover que los medios de comunicación sean aliados de la educación para que el modelo femenino presentado muestre a la mujer real en todas su facetas, como trabajadora, política, integrante de organizaciones sociales, con intereses que pueden ir más allá del hogar y la familia. Deberán realizarse campañas para promover la no discriminación. Canalizar la participación de la mujer en las instancias de gestión, elaboración, producción y circulación de los mensajes sociales.
• Promover a través de subvenciones, premios, certámenes, etc.
a) Campañas de difusión en los medios de comunicación sobre:
- Derechos de la mujer.
- Prevención de: abuso sexual, violencia familiar, embarazo precoz, bulimia y anorexia, Sida y enfermedades de transmisión sexual.
b) Campañas publicitarias y programas que traten de modificar las actividades discriminatorias contra la mujer.
Salud
Tanto la salud de las mujeres como la de los hombres tienen características compartidas; según las estadísticas, las primeras causas de morbimortalidad son enfermedades relacionadas con la forma de vida y que conviven con un Sistema de salud deficitario.
Sin embargo la salud de la mujer en determinadas edades como es en su etapa relacionada con la reproducción merece una atención especial porque presenta una morbimortalidad específica relacionada con la salud de los recién nacidos.
Nuestro país tiene una trágica combinación de tener tasas de morbimortalidad de enfermedades cardiovasculares y tumorales tan alta como los países más desarrollados y tasas de mortalidad infantil y/o maternas de los países menos desarrollados.
Es inminente la implementación de un Sistema de Salud integral jerarquizando la Atención Primaria de la Salud.
A tal efecto, se propone:
• Crear el Programa de Salud Reproductiva destinado a la protección y al mejoramiento de la calidad de vida de la mujer en edad fértil, tendiente a hacer efectivo el derecho a una maternidad segura recurriendo a la asistencia integral durante el embarazo, atención obstétrica y puerperal de la madre y el niño. Las acciones de este programa estarán orientadas a garantizar el derecho a una maternidad y paternidad deseadas y la disminución del riesgo materno infantil. Dicho Programa contemplará los siguientes puntos:
- Detección precoz del embarazo
- Aumentar la calidad de los Servicios de Obstetricia y Ginecología.
- Desarrollo de Subprogramas de Procreación Responsable.
- Garantizar la Protección integral del embarazo para poder gozar al mismo y al parto en las mejores condiciones posibles orgánica, psicológica y socialmente.
- Promover subprogramas específicos en atención y cuidados de las embarazadas adolescentes.
- Impulsar medidas que tiendan a la disminución de enfermedades de transmisión sexual y HIV.
• Promover la despenalización del aborto.
• Promover a través de la atención primaria de la salud la detección precoz del cáncer femenino.
• Implementar, elaborar, y desarrollar campañas sanitarias para la mujer en edad de la menopausia.
• Programas de prevención y asistencia en salud mental jerarquizando a la mujer maltratada, violada, con adicciones (tabaco, alcohol, anorexia, bulimia, drogas), suicida.
• Impulsar medidas para realizarse estudios epidemiológicos de los efectos que el ambiente de trabajo tiene en la salud de las mujeres.