INTRODUCCIÓN
Durante los días sábado 30 y domingo 31 de Julio se realizó en la ciudad de Mar del Plata el Seminario Nacional de los jóvenes de la Unidad Socialista. El mismo fue organizado por los Partidos Socialista Democrático, Socialista del Chaco y Socialista Popular y auspiciado por la Fundación Friedrick Ebert. Contó con la presencia de 70 delegados provenientes de todo el interior del país y se desarrolló en un marco de gran unidad y confraternidad.
Al cierre de las jornadas dirigieron un mensaje a los delegados presentes el Secretario General del Partido Socialista Democrático, Compañero Raúl Dellepiane y los Secretarios Generales Juveniles de las tres organizaciones: Cros. Guillermo Torremare del P.S.D., Luis Basterra del P. S. CH. y Rubén Giustiniani del P. S. P.
Buenos Aires, Agosto de 1988
APERTURA
Palabras de Lino Orsolini
Miembro del Consejo Ejecutivo del Partido Socialista del Chaco
Compañeras, Compañeros, jóvenes Compañeros, traigo el abrazo fraterno de los compañeros Socialistas del Chaco, y en especial del compañero Secretario General Raúl Rosciani, que por razones estrictamente ajenas a su voluntad no puede estar hoy con Uds. como lo hubiera querido.
Los Socialistas del Chaco venimos a estas reuniones, apremiados de la orfandad que significa ser un partido de distrito. Les pido por eso que nos tengan paciencia. Hace poco menos de dos años, tuve oportunidad de hablarle a los compañeros Socialistas que asistieron a las jornadas de salud de la Unidad Socialista en Córdoba, y poco después en el teatro de las Provincias de Capital Federal, en la conmemoración de un nuevo aniversario de nuestro partido, en esa ocasión repetía, que si algo queremos profunda y sinceramente los Socialistas del Chaco, es justamente dejar de usar ese pomposo nombre de Partido Socialista del Chaco, para pasar a ser, únicamente el distrito Chaco del Gran Partido Socialista de la Argentina.
Hoy tengo que dejarles a Uds. jóvenes compañeros algún pensamiento, quiero decirles que Uds. van a ser por capacidad, militancia, convicciones y también por razones biológicas los constructores y ejecutores de la Argentina de la Solidaridad, de la auténtica Justicia Social, y de la Soberanía Nacional; van a ser en definitiva los constructores y ejecutores de la Argentina Socialista que todos queremos.
Pero también tengo que decirles, que son Uds. los que van a tener que decir que NO a algunos compañeros que equivocadamente piensan que los Socialistas tenemos que ser furgón de cola de alguno de los dos grandes partidos que hoy desgobiernan nuestro país. Son Uds. los que van a tener que decirles, y aquí, no sé si llamarlos compañeros, que intentan revivir los fantasmas del pasado que estos fantasmas están muertos y enterrados, y que los Socialistas, y fundamentalmente la juventud avanza en convivencia, en consenso, en coincidencias, hacia la unidad definitiva de nuestro partido.
Dentro de unas pocas horas voy a volver a mi provincia mientras Uds. aquí trabajan y estudian; y dentro de una semana, en un Pueblito en el medio del Chaco, nos vamos a reunir el Consejo Provincial y todos los Secretarios Generales de los Centros del Partido, y junto a los jóvenes que me acompañaron le vamos a transmitir a esos compañeros, que a quí en Mar del Plata la juventud de la Unidad Socialista estuvo estudiando, trabajando, coin cid ¡en do; estuvo en definitiva construyendo, el gran Partido Socialista que todos queremos.
Les deseo a Uds. mucha suerte en estos días, y le agradezco la amabilidad de haberme escuchado.
LINO ORSOLINI
Palabras de Julio Benítez
Secretario General de la Federación Socialista Democrática de la Provincia de Buenos Aires
Esta reunión de jóvenes se produce en un instante históricamente favorable para que vayamos definiendo, cada vez con más precisión, lo que esperamos de la juventud. La demanda que, desde distintos sectores se hacen a la juventud, deben ya acompañarse de precisas puntualizaciones acerca del lugar que los jóvenes tienen en nuestra práctica partidaria y del puesto que ocuparán en cada caso en que la ciudadanía nos confíe una trinchera, una avanzada en la lucha.
Los tiempos actuales —y este fenómeno que acentuarán en los inmediatos por venir— serán en cuanto a presencia demográfica y en cuanta incidencia en el espíritu expuesto de nuestra civilización, tiempos jóvenes.
De manera que, a mi parecer, este rejuvenecer en presencia y en espíritu de las sociedades, es un fenómeno inevitable. La cuestión: desde qué afirmación política y ética contribuirán los jóvenes a esculpir el torso del futuro.
El socialismo puede ser abordado desde una enorme cantidad de perspectivas. Elegir algunas es un ejercicio caso acético, en cuanto importa renunciar a la descripción global para asumir los riesgos del análisis particular.
En cuanto doctrina o tesis para la interpretación de los fenómenos históricos y las leyes del cambio social es una aproximación optimista. Sostenemos los socialistas que las claves del desarrollo de las sociedades están escritas en los fenómenos técnicos y económicos, en los movimientos generales, en las manifestaciones de escala masiva. Y sostenemos que la inteligencia humana puede leer e interpretar esas claves, siempre que supere la anécdota y entrene el ojo en la visión de rango superior donde los términos del discurso histórico se hacen inteligibles. Pero esta visión, que antes llamé optimista por oposición a la posibilidad escalofriante de que la gran aventura del hombre en sociedad no tuviera sentidos ni claves interpretables; esta visión, es también, esforzada. Y lo es porque en cada situación debemos analizar la relación de lo actual, del hoy urgido de demandas, con los grandes desarrollos de la estructura social, de los macrofenómenos. Es este esfuerzo la inteligencia no conoce comodidades. Obligada a analizar de continuo las síntesis alcanzadas no hay remanso para el inquirir socialista acerca del concepto o la ley que mejor exprese lo que vivimos y observamos. ¡Con cuánto dolor debemos abandonar muchas veces querida certidumbre y confortables "verdades"! Para este ejercicio singular debemos los socialistas fortalecer el carácter y cultivar la agilidad y ductilidad del espíritu.
Otra característica del socialismo es la afirmación según la cual la inteligencia no debe actuar "en vacío" sino aplicar sus palancas a la realidad concreta.
Ejercitar "el realismo ingenuo" diría el maestro Justo. Plantear el problema en la sociedad desde adentro de ella y para lograr un fin premediato: transformarla. No le basta "comprender" al espíritu socialista. Las tesis deben plantearse como premisas y resortes de la transformación.
Una tercera característica que hoy quiero destacar es que no queremos cualquier cambio ni aceptamos contemplar como la sociedad se transforma ante nuestra indiferencia y anestesiamos el ánimo para soportar cualquier cambio. Esta circunstancia convoca, como un elemento necesario, al sentido ético, a la elección de uno solo entre los posibles diseños del futuro y a empezar en la acción militante, la voluntad y el coraje.
Yo me pregunto y le pregunto a esta reunión de jóvenes: ¿No son la agilidad y la ductilidad del espíritu para mantener abierto a los cambios, la vocación de trabajo desde el seno de la sociedad y la prontitud y disposición para jugar la vida por la que queremos mejor, no son estas 3 características, la definición de la juventud.
Palabras de Guillermo Estévez Boero
Secretario General de la Mesa Ejecutiva del Comité Nacional del Partido Socialista Popular
Participar de este Seminario representa un compromiso, quizás mucho más serio que en otros seminarios organizados por la Unidad Socialista, por cuanto se trata de la juventud que es el futuro, que es la esperanza con que cuenta la Nación para salir hacia adelante.
Para poder ser ese futuro y esa esperanza en medio de la crisis por la que atravesamos deben tener confianza y convicción en ustedes mismos y en su posibilidad de construir un futuro distinto.
Para ello, hoy nosotros tenemos que consolidar la democracia en que vivimos como primera jerarquía en el accionar político de los socialistas. Esta es una democracia joven sumamente imperfecta, que debemos defender mucho más allá de un gobierno, mucho más allá de un programa, mucho más allá de un equipo económico. Debemos defender la posibilidad de la vida, del diálogo, de la concertación entre los argentinos para poder construir ese futuro distinto.
Ustedes heredan los grandes legados del país. Son herederos de la juventud que se alistó en los regimientos de Patricios y de Arribeños para rechazar a los ingleses en Buenos Aires, y que siguió esperanzada en que vendrían otras jornadas de independencia; y allí estuvieron el 25 de mayo, junto a la gente del centro y de los barrios, de los orilleros, de los chisperos de French y de Beruti.
Esta fue la juventud que dio vida, que dio calor, que dio impulso a la Primera Junta en el camino hacia la independencia nacional. En aquella Semana de Mayo fue la efervescencia, fue el palpitar de la ciudad, de sus calles, de sus quintas, anunciando que algo nuevo nacía y era un nuevo país, porque había gente, había jóvenes que se tenían confianza para construir un país independiente.
Han pasado muchos años. Hoy tenemos que apurar esa confianza, esa fe, esa convicción de que podemos ser, que podemos ser algo que no es copia de nadie. Y aquí adquieren valor nuevamente las palabras de Juan B. Justo: "El problema del socialismo no es en este país, ni en otro alguno, poner en práctica un plan concluido y perfecto de organización social".
El socialismo no es un esquema, no es una fórmula —continúa diciendo—, el socialismo es la vocación, la acción política puesta al servicio del mejoramiento posible de un tiempo determinado, para lograr el mejor desarrollo corporal e intelectual de todos los habitantes de nuestra Nación.
Siempre vienen las preguntas: ¿Qué va a organizar el socialismo? ¿Cómo lo va a hacer? ¿Cuál es el esquema? No es esto el socialismo. El socialismo es una actitud vital al servicio del mejoramiento de nuestro pueblo.
El socialismo se puede hacer en cada momento, en cada nivel -nacional, provincial, comunal, barrial, en el sindicato, en la cooperadora, en la cooperativa— siempre se puede estar mejorando con la práctica de la solidaridad y con la abnegación, las condiciones de vida de nuestro pueblo: esta es la construcción socialista.
Continuaba Juan B. Justo remarcando la importancia de la acción política que es lo que nos permite modificar la realidad a partir de la construcción de una nueva realidad.
En este sentido, nuestra decisión es muy simple, muy definitiva y muy trascendente, incorporarse a la juventud que ha de construir nuestro futuro o no incorporarse. El tren no pasa dos veces. Tenemos una posibilidad hoy, en esta Argentina, con todos sus defectos.
Estamos en un momento de definición, no podemos vivir en la indefinición: o salimos hacia adelante, o nos vamos hacia atrás. Y esto hay que definirlo como lo define siempre la juventud, con corazón o pulmón. Esta es nuestra fuerza: sumémosla y juguémosla.
Como lo decía un viejo socialista escocés, Cunningham Graham, un hermoso personaje que deberíamos estudiar alguna vez, que pasó muchos años entre nosotros y murió entre nosotros, decía que el socialismo tiene como objetivo central despertar la confianza en cada uno de nosotros y en los demás, este es el motor de arranque de la posibilidad de cambio.
Este es el gran papel de la juventud en 1988. Una juventud que tiene que salir de la Universidad, que tiene que ir a los barrios, que tiene que fusionarse con quienes no tienen la suerte de estar trabajando y estudiando, y sólo quedaron trabajando, porque hay que sumar a toda la juventud que ha de construir nuestro futuro. Para ello heredan ustedes lo grande, lo bueno y lo trascendente del país. No hereden lo pequeño de nosotros, nuestros errores, nuestras divisiones, nuestra falta de confianza en la Argentina. Hereden lo grande para poder construir. Miren hacia arriba —como lo decimos muchas veces—, en la cumbre está la Nación.
Actuemos con espíritu amplio, con predisposición al diálogo, a escuchar al último, al más minoritario. Sumemos todos los aportes para poder construir. Sumemos todas las fuerzas, todas las energías sin despreciar nada, porque necesitamos todo, absolutamente todo y mucho más para poder salir de este difícil momento en que estamos.
Pero también decía Juan B. Justo, en un mensaje a las juventudes socialistas a fines de 1927: “Hoy más que nunca necesita la juventud informarse y estudiar para una acción social conducente”.
Así como se veían por la madrugada los destellos de las diversas hogueras en los campamentos de los ejércitos de la independencia, deberíamos ver nosotros, cada madrugada, las luces encendidas en las piezas de los jóvenes que, quitándole horas al sueño y al descanso, están estudiando, se están formando e informando para estar a la altura del objetivo a que deben concurrir, que es la construcción de una nueva sociedad.
En aquel mensaje, Justo también decía que se debe rechazar el izquierdismo vago y negativo, que no define ni concreta nada, que es utópico y nos margina de la realidad. Este es el encandilamiento que alguna vez Rabin-dranat Tagore definió diciendo: "brilla tanto, arde tanto, que se autoconsume".
Y esto pasa en el país; vean objetivamente cómo van decreciendo, cómo se van dividiendo, fagocitándose en una política de constante autodestrucción, porque los destruye la realidad de la cual están absolutamente marginados. La revolución no se proclama, se hace. Y se hace estando inserto en la realidad y partiendo de ella. No es rechazando y negando la realidad objetiva, sino sus valores, de donde debemos partir para modificarla.
Juan B. Justo también dice con relación al Partido Socialista, que si éste quiere ser el partido de la juventud debe sustentar los ideales de la juventud. En este sentido, la juventud tiene un rol fundamental que es velar para que el Partido se mantenga joven, joven en ideas, en acción, en militancia. No hay que pensar que la juventud es una cosa y el Partido es otra; la juventud debe venir empujando, apurando, no desintegrando ni destruyendo, pero urgiendo a avanzar, a construir, a militar, a desarrollar una mayor acción política.
Por último decía: ¿Qué deben hacer los jóvenes socialistas?. Entre las cosas que Juan B. Justo propugnaba —que podrían ser casi parte textual de las resoluciones de este Seminario— está generalizar la práctica del deporte para sacar al joven del ocio; en aquel entonces era para sacarlo de los prostíbulos, y hoy diríamos para sacarlo de la droga, de los juegos mecánicos, de la pornografía, para llevarlo a un deporte sano, a las prácticas artísticas que desarrollan la sensibilidad frente a lo bello.
Otra de las propuestas era la de crear Centros de estudios políticos y sociales, donde no se vayan a dar discursos ni a repetir libros de memoria, sino a discutir los temas que hacen a la juventud, a sus problemas, para lograr el primer trabajo, para constituir su hogar para cumplir con el servicio militar: todos problemas que conservan totalmente su vigencia.
También sugería —siguiendo el programa de las juventudes socialistas más avanzadas de Europa en ese momento— la realización de viajes y campamentos para favorecer el diálogo, la fraternidad, la disciplina, el trabajo conjunto.
Y por último, una idea maravillosa de Juan B. Justo, que también se las dejo a ustedes: la realización de la fiesta de la Juventud Socialista. A pesar de nuestros pocos recursos, si se pone el ingenio y la sensibilidad necesarios, para poder demostrar qué significa ser joven y socialista en una fiesta anual de la juventud, ello podría ser un polo de atracción para muchos sectores de la juventud argentina que no es socialista y que, a través de una fiesta, podría conocer qué pensamos y qué queremos los socialistas.
Para terminar, me parece que sería ejemplar para el socialismo y para el país que las juventudes socialistas en este seminario, reclamasen a sus mayores, abordando una tarea urgente y concreta para hoy no para el futuro, la reedición de las obras completas de Juan B. Justo, para que podamos estudiar y volver a generar un tiempo que tenga futuro.
Despachos
Comisión N° 1
Juventud y Socialismo
Conscientes de la necesidad de las transformaciones que requiere nuestra Nación y, que la juventud biológicamente es quien puede motorizar el cambio, creemos necesario generar participación para formar una nueva conciencia.
Utilizando con la gente un lenguaje claro y simple, partiendo de las cosas que necesita y reclama, promoviendo su organización y participación solidaria.
Debemos construir lo posible, por medio de hechos, no con promesas, conociendo la realidad para poder modificarla, aprendiendo a ser socialista profundizando día a día nuestra práctica.
Debemos saber sumar a más compañeros, de acuerdo a su realidad y dándoles siempre poder de decisión.
Creemos en la necesidad de dar soluciones concretas a cada una de las diferentes problemáticas que conforman la realidad, aportando en los barrios, en la actividad educativa, en los aspectos que hacen a la vivienda, al cooperativismo, trabajando en los gremios a través de las reivindicaciones históricas del socialismo.
De igual forma es necesario promover actividades culturales, recreativas, deportivas, en barrios y vecinales, aprovechando también las distintas instancias democráticas que ya se tienen a través de gobierno.
Promovemos también propiciar una actividad nacional en todos los Centros Socialistas en fecha determinadas.
Finalmente, ante la falta de respuestas la juventud que exhibe este sistema es una necesidad el cambio, con un programa claro, sobre cosas concretas, por medio de la participación en todos los ámbitos en que nos hallamos debemos despertar la confianza en nosotros mismos, insertándonos en la realidad, con un mensaje de solidaridad y de cambio, condenando la corrupción en todas sus formas, profundizando la idea que el cambio es posible y de que es una posibilidad real dentro del sistema democrático.
Fortaleciendo la convicción en la alternativa socialista, incrementando la militancia y la difusión de nuestras ideas.
Esta comisión, como síntesis de estas ideas, arribó a la conclusión de la necesidad de concretar a la brevedad en un único Partido, la aspiración de todos los jóvenes socialistas de Argentina.
Comisión N° 2
Participación Juvenil en el Municipio
Introducción
Nuestra sociedad vive hoy una profunda crisis de participación provocada por el agotamiento del modelo de país que tenemos. Los jóvenes no encontramos respuestas a nuestros problemas, a nuestras inquietudes, no tenemos la posibilidad de un futuro cierto. Los jóvenes socialistas creemos y estamos convencidos que revertiremos esta situación con la única herramienta válida que es la participación.
Entendemos por participación la profundización de la democracia. Convocando a los jóvenes a participar estamos creando en ellos un sentimiento de responsabilidad, de protagonismo que hace que los jóvenes comiencen a cambiarse a sí mismos, y a partir de su propio cambio aporten a la construcción de una sociedad mejor, más solidaria y más justa.
Nosotros como jóvenes y como socialistas debemos crear todos los canales posibles para participar. Debemos convocar a los jóvenes a que participen, a que propongan y decidan en los gremios, en los barrios, en los Centros de Estudiantes, en las vecinales, en las cooperativas, en las bibliotecas populares, cooperadores. En todos aquellos lugares en donde se pueda aportar a la modificación de la realidad, con actividades concretas, posibles y realizables.
En el municipio, en la comuna, cuando existe la posibilidad de poder participar en el gobierno creando canales institucionales que posibiliten la participación de los jóvenes, organismos que permitan a los jóvenes decidir ellos mismos las actividades a realizar, a través por ejemplo de la Secretaría de la Juventud, del Consejo de la Juventud, de las Comisiones de Jóvenes, de las Casas de la Juventud. Convocar sin esquemas al que los jóvenes deban ajustarse sino por el contrario promover que las actividades sean planificadas y ejecutadas por ellos mismos.
Propuestas
En base a la experiencia de los compañeros del socialismo concluimos en promover:
Consejo de la Juventud: Que permitan a los jóvenes coordinar y promover la participación en cada ciudad o localidad.
Secretaría de la Juventud: Área municipal destinada a canalizar las inquietudes juveniles.
Organismo Coordinador: de los grupos de padres, médicos y personas especializadas en el tema de la drogadependencia para orientar a padres y jóvenes.
Casa de la Juventud: En la actualidad la sociedad no ofrece lugares a los jóvenes donde poder reunirse con otros jóvenes para enriquecerse con el intercambio y la comunicación. El emprendimiento de actividades conjuntas, permitirá dar cohesión a la cultura juvenil. Esta nueva concepción de la cultura y de la participación romperá con el ocio consumista y la comercialización de la cultura que destruye a nuestra juventud; y el tiempo libre será así un tiempo de construcción, de creación y de protagonismo.
La Casa de la Juventud debe ser un lugar de información, de creación, de participación. Estará compuesta por todo joven que en forma individual o no, voluntariamente se asocie a ella.
En el área salud: Servicio asistencial médico. Trabajo voluntario en dispensarios, hospitales y otras instituciones. Difusión de pautas sanitarias y campañas de prevención, de vacuna
ción, etc. Charlas de drogadicción, de educación sexual. Proyectos para el mejoramiento del equipamiento de hospitales. Relevamiento del estado de salud de los vecinos.
Generación de empleo: Cooperativas de trabajo, bolsas de trabajo, cursos de capacitación para el primer trabajo. En las bolsas de trabajo tener en cuenta al recién graduado. Instrumentación de políticas de empleo juvenil.
Educación y Cultura: Seminarios y talleres de teatro, títeres, literatura, pintura, música. Alfabetización. Creación de bibliotecas. Cursos de apoyo a escolares. Cursos para aprender a estudiar. Orientación vocacional. Creación de archivo sobre historia de la ciudad y del barrio. Formación de comisiones de protección del patrimonio histórico. Promoción de editoriales para entre otras publicaciones, reeditar a los hombres del socialismo, reedición de las obras de J. B. Justo y libros de la Reforma Universitaria de 1918.
Deporte: Promover la práctica del deporte en todos los niveles y la organización de jornadas recreativas que fomenten la confraternidad. Realización de actividades para niños en las plazas, rescatándolas como lugar natural de juego y del deporte.
Turismo: Organización de viajes, miniturismo, campamentos.
Vivienda: Impulsar la creación de cooperativas de vivienda para parejas jóvenes que quieran constituirse en familia y para jóvenes en general. Políticas provinciales que contemplen el tema de la vivienda.
Ecología y medio ambiente: Crear comisiones de estudio del tema y difusión de las mismas. Realizar jornadas como por ej. de mantenimiento de los espacios verdes.
Estas actividades deben ser impulsadas por los jóvenes del socialismo en todos los lugares del país. En las comunas, en los barrios, en el municipio, para que desde esta forma vayamos afianzando en la práctica y con trabajos concretos la unidad del socialismo, la profundización de la democracia.
Con nuestra participación marcharemos a la concreción de un único partido Socialista en la Argentina, cerrando con las palabras del compañero Juan B. Justo que nos dijo a principios de siglo: "Quien en épocas inciertas, tiene el espíritu incierto, multiplica el mal y lo agrava cada vez más; pero quien mantiene una idea clara crea un mundo nuevo".
Comisión N° 3
Marginación Juvenil
MARGINALIDAD SOCIAL. DELINCUENCIA. DROGADEPENDENCIA.
Los Jóvenes de la Unidad Socialista, reunidos por la necesidad de encontrar herramientas que nos ayuden a conocer la realidad en la cual estamos inmersos para promover las transformaciones necesarias que nos permitan alcanzar una sociedad más justa, abordamos el tema de la marginalidad social, convencidos de que esta no es sino la consecuencia del sistema socio-económico imperante, que con su irracionalidad provoca entre otras cosas el centralismo, la dicotomía centro periferia, las agudas diferencias sociales, la participación formal y la no participación, el consumismo y la alienación de las grandes ciudades; elementos éstos que no hacen sino reproducir la marginalidad.
Existe un amplio abanico de manifestaciones de la marginalidad, tal como lo son la delincuencia, la prostitución, la drogadicción, la segregación ecológica, etc., lo que a su vez conlleva la aparición de conductas discriminatorias tales como las que se ejercen sobre la mujer, los jóvenes, los discapacitados, y deter- minados grupos étnicos.
Ante este marco reafirmamos nuestra convicción, contraria a lo que el discurso liberal dice, de que esta problemática únicamente tiene solución con la transformación del sistema dentro del espacio que brinda la democracia, en uno más justo y solidario.
La marginalidad se manifiesta, como ya se dijo de distintas formas. Así la delincuencia es una respuesta política, espontánea e indivi- dual de un problema social, al cual el sistema no da respuesta y que incide negativamente en el conjunto social. A esto el sistema actual responde con represión y un sistema carcelario obsoleto apoyado en un mensaje propio de la derecha, que por medio de la exageración y la confusión quiere demostrar que en democracia este problema se acrecienta y exige mayor represión. Siendo esto absolutamente contrario a la realidad, ya que los gobiernos de facto representantes de esa ideología han cometido desde el Estado los delitos más aberrantes.
Para revocar la actual situación, es necesaria la reforma de los códigos penal y procesal, la reforma del sistema carcelario, y ofrecer canales concretos de participación donde se jerarquiza la solidaridad, el trabajo común, el esfuerzo mutuo y el estudio. Para esto es indispensable realizar trabajos barriales, respetando las pautas culturales de los grupos sociales, promover la creación de centros de capacitación laboral, cooperativas de trabajo, casas de la juventud, guarderías barriales, jardines maternales, hogares transitorios y hogares escuelas de doble turno. A la vez que se hace imperiosa la reformulación del sistema educativo y la promoción de la educación cooperativa.
Para que la participación sea real el joven deberá jugar un papel protagónico en la planificación, conducción y administración de las entidades mencionadas.
Otra de las manifestaciones complejas de la marginalidad social, es la drogadicción, que hoy día tiene una realidad preocupante, en la que los jóvenes son los principales afectados.
Ante esto nos pronunciamos en contra de la difusión, promoción y consumo de drogas a la vez que rechazamos los diversos mecanismos actuales de represión que más que apuntar a la solución de este problema, omite a los principales beneficiados de este negocio y castiga a los verdaderos perjudicados que son los jóvenes.
MARGINALIDAD LABORAL. DESOCUPA- CION. SUBOCUPACION. DISCRIMINACION
Es importante distinguir en principio, entre la categoría de marginalidad (definida estructuralmente por la ausencia de un rol económico articulado con el sistema de producción industrial), y la de pobreza, que implica más bien una situación de escasos ingresos. Existe desde luego una relación obvia entre ambas categorías, pero esta relación no es necesaria ni fundamental a la definición de marginalidad. Un estado puede acabar con la miseria a través de un subsidio mínimo, puede acabar con las cesantías, pero tales medidas no eliminan la marginalidad ya que subsisten importantes sectores que la economía no es capaz de integrar funcionalmente a su esquema de producción. Consideramos por tanto la marginalidad, como el resultado de condiciones histórico estructurales determinadas, definiéndola en consecuencia como la falta de participación en aquellas esferas que se consideran deberían hallarse incluidas dentro del radio de acción y/o acceso del individuo o grupo, es decir, el juicio de marginalidad lo realizaremos sobre la base de la comparación entre una situación de hecho y un deber ser.
La entera concepción de marginalidad se apoya sobre este supuesto y se genera históricamente de una concepción amplia y determinada de los derechos humanos.
La marginalidad se genera fundamentalmente por determinadas condiciones o características estructurales de orden económico social. El desempleo total, el subempleo, la desocupación disfrazada, originan marginalidad con todas sus consecuencias, en el orden de los consumos, niveles de vida, en el acceso a bienes y servicios y en el orden decisional.
Las naciones industrializadas han creado diferentes tecnologías sociales para tratar de incorporar a estas "poblaciones sobrantes" en sus sistemas económicos. En los países subdesarrollados la marginalidad reviste formas más agudas, ya que generalmente no se han logrado implementar sistemas de seguridad social efectivos para toda la población.
La causa de la marginación debe buscarse en todo el proceso de desarrollo y funcionamiento mismo del sistema capitalista. A mayor tecnología, mayor complejidad de la organización de la producción, mayor especialización de la estructura política y social, mayor concentración del poder y más grupos excluídos del proceso de control económico político y social. Sostendremos que el sistema en sí se ve obligado a la conformación de un "Ejército Laboral de Reserva", destinado a mantener los salarios por debajo de cierto límite requerido, por la lógica del sistema capitalista, tendiente a mantener regulado el mercado de trabajo.
Pero los marginales logran a pesar de todo sobrevivir y reproducirse, de algún modo obtienen medios de subsistencia mínimos compartiendo sus recursos, escasos e intermitentes, con otros en idéntica situación.
Todos estos elementos inciden negativamente en la conciencia del joven, que al tener una inserción laboral, desprovista de toda práctica social, participativa y solidaria, van formando en él, una mentalidad de rechazo hacia el trabajador, el trabajo y todo lo que ellos involucran. Esto se ve profundizado por los conceptos liberales reinantes en nuestra sociedad. Se suma a lo anterior el desconocimiento de sus derechos laborales, que ha hecho del trabajo en negro algo natural y en este aspecto es importante destacar el no funcionamiento del Ministerio de Trabajo en su función de policía.
La desocupación en las familias más humildes trae aparejada la crisis económico social ya que las clases más desprotegidas necesitan del trabajo del joven, para que colabore con la economía del grupo.
La familia trabajadora está estructurada en base al trabajo, lo que implica que el desempleo y la subocupación llevan a la frustración personal y a la ruptura de una comunidad formada por y para el trabajo. Por otro lado, en determinada edad del desarrollo individual del joven, frena su desarrollo personal. El joven es el primer desocupado en la oferta y la demanda del trabajo, es el primer cesanteado ante cualquier disminución en los puestos de trabajo y constituyen el mayor contingente de desocupados.
El nivel educativo en las últimas décadas ha aumentado, lo que lleva a tener un mayor nivel de aspiraciones a la hora de buscar empleo, generando frustraciones superiores, especialmente reforzadas por la sociedad de consumo que incita a consumir bienes y servicios dentro de un sistema social altamente competitivo.
En toda crisis siempre están los que aprovechan en beneficio propio, este es el caso de las agencias de colocaciones que cortan el nexo de la relación de dependencia entre empleador y empleado, con todo lo que esto implica.
Los jóvenes desocupados son fácil presa de las deformaciones del sistema, que corrompe a los jóvenes, ya que además de la desocupación existe una falta de valores trascendentes de vida.
Debemos tender a canalizar correctamente la fuerza creadora y realizadora de los jóvenes generando canales de participación efectivas.
Párrafo aparte merece la discriminación laboral que se ejerce sobre la mujer, los discapacitados, los trabajadores extranjeros, a quienes se les niega la posibilidad de trabajar o se utiliza su salario, como variable de ajuste en el marco del mercado de trabajo.
DECLARACIÓN FINAL
DECLARACION DE LOS JOVENES DE LA UNIDAD SOCIALISTA
"Sean revolucionarios, es decir sean jóvenes"
Mario Bravo
DECLARACION DE LOS JOVENES DE LA UNIDAD SOCIALISTA
"Sean revolucionarios, es decir sean jóvenes”
Mario Bravo
I - NUESTRA REALIDAD:
Hoy, los jóvenes argentinos, vivimos junto a nuestro pueblo, las terribles consecuencias derivadas del sistema capitalista vigente, que se ve y se padece en la realidad económica y social. La dependencia ejercida desde los centros de poder económico mundial somete a nuestro país y a los países periféricos y subdesarrollados de América Latina y del Tercer Mundo.
Día a día observamos cómo nuestra Nación es campo libre para que operen sin ningún control poderosas empresas e intereses multinacionales, que junto a los grupos minoritarios del privilegio argentino, continúan endeudando al país, empobreciendo al pueblo e hipotecando nuestro futuro. A la par de ello las presiones por el cobro de una ilegítima e impagable deuda externa, nos lleva año tras año el saldo cada vez menor de nuestra balanza comercial.
La usura y la especulación financiera que toda esta situación genera, ha hecho que nuestro país vea cerrar sus fábricas y reducir sus fuentes de trabajo, a la par que acelera el despoblamiento del interior por el quebranto de las economías regionales.
De esta manera, llegamos hoy a padecer la crisis estructural más profunda de nuestra historia. Así, no hay trabajo para quien no lo tiene, no hay estabilidad para quien trabaja y no hay salarios ni jubilaciones dignas. Esta situación no sólo castiga a los trabajadores, sino que también golpea con crudeza a los pequeños y medianos productores del agro y la industria nacional.
La juventud no escapa de esta difícil realidad; así son los jóvenes a la búsqueda de su primer trabajo quienes constituyen el mayor contingente de desocupados, quienes padecen grandes frustraciones al no poder desempeñarse acorde al nivel y contenido de sus estudios.
A la relación del joven con el puesto de trabajo, que de por sí es alienante, debemos sumar la distorsión y enajenación que produce la sociedad de consumo, fundamentalmente a través de los medios de comunicación de masas por ella programados. Estos, al no jerarquizar las necesidades básicas del hombre, incitando al consumismo superfluo y fabricado, producen un estado de insatisfacción general que suele expresarse en la carencia de un sentido digno de vida.
A la actual realidad económica y social pareciera permanecer ajeno el gobierno nacional y la principal oposición, los que en pos de beneficios sectoriales eluden definiciones concretas que se traduzcan en soluciones a los problemas del pueblo, profundizando así la crisis de credibilidad en las instituciones y en la democracia.
Los partidos políticos mayoritarios —fuerzas agotadas para responder a una realidad social que los supera— demuestran un totemismo y un electoralismo exagerados, considerando más importante ganar elecciones que preocuparse por los problemas que aquejan al país.
La derecha liberal, favorecida por los medios de comunicación de masas, pretende mostrarse como la única alternativa para la solución de la crisis argentina, cuando todos sabemos que son las mismas fuerzas reaccionarias que a través del fraude electoral y los golpes de estado sumieron en mayor dependencia al país, impidiendo el desarrollo de las transformaciones socio económicas necesarias para evitar la pobreza y las condiciones de vida indignas.
A la par de ello, algunos grupos militares en el ejercicio de un poder oculto han atentado y se hallan dispuestos a desestabilizar, como ya ocurriera con la dictadura anterior y que costó la desaparición forzada de 30.000 argentinos, al actual sistema democrático.
II. DESARROLLAR LA ALTERNATIVA SOCIALISTA:
Ante esta dolorosa situación, hoy más que nunca, se hace necesaria la presencia y acción de un único Partido Socialista, que promueva la sustitución del sistema capitalista por otro sistema solidario y participativo en el que el interés general prevalezca por sobre la persecución del lucro. La economía debe planificarse democráticamente con el objetivo de que la misma sea una economía solidaría, avanzando en formas de propiedad social de los medios de producción, incorporando y promoviendo la autogestión y la cogestión de los trabajadores y los usuarios en la actividad económica pública y privada, a fin de concretar la justicia social, que es el fundamento mismo del socialismo, su razón de ser y su meta.
Pero el advenimiento del socialismo en la Argentina no será producto del determinismo histórico, será realidad si desarrollamos una acción política colectiva, militante y coherente.
No hay, ni puede haber, socialismo impuesto desde arriba. Es indispensable la participación creadora del pueblo. El socialismo es un movimiento del pueblo, para el pueblo y alentado por el pueblo. El sentido ético del socialismo ve en el humanismo social el criterio, la medida y el fin del progreso material.
La propuesta socialista debe ser impulsada por los trabajadores y por la juventud. Los trabajadores porque constituyen la base fundamental e irremplazable de la producción económica, son ellos los verdaderos artífices de la riqueza producida, son quienes sufren sus espaldas y las de sus familias el mayor peso de las arbitrariedades de la realidad, son los encargados históricamente de conducir a las mayorías nacionales a una nueva etapa de vida y a una nueva forma de organización social. La juventud porque es símbolo de idealismo y desinterés, porque en todos los momentos trascendentes de nuestra historia y de la historia de la humanidad, ha demostrado ser la energía movilizadora, el aporte positivo a los cambios sociales.
Es por todo lo expuesto, que las juventudes de los Partidos Socialista Democrático, Socialista del Chaco y Socialista Popular, integrantes de la UNIDAD SOCIALISTA, reunidos alrededor de un plan común, se proponen seguir transitando el camino hacia la concreción de una única fuerza socialista, para que crezca en el marco de la democracia, sumando la mayor cantidad de jóvenes, de trabajadores y de argentinos, con el objetivo de realizar las postergadas transformaciones que nos conduzcan a la construcción de una nueva Argentina: profundamente democrática, libre, solidaria y participativa, en la cual no haya lugar a la explotación del hombre por el hombre, ni del pueblo por el capital.