El país vive un tiempo de transición hacia la democracia. La inmensa mayoría del pueblo ha votado por la democracia.
Algunos han creído y creen que el voto es suficiente para concretar la democracia. El socialismo ha planteado y plantea que la democracia se construye con la participación popular orgánica a todo nivel.
En forma permanente hemos sostenido y sostenemos la necesidad de crear a nivel nacional y a niveles provinciales. Consejos Económicos y Sociales, multipartidarios y multisectoriales donde participen orgánicamente todos los sectores que integran la Nación.
En las municipalidades y en las universidades nacionales hemos propuesto la creación de Consejos Asesores integrados por representantes de los diversos sectores de la ciudadanía.
A nivel de gobierno nacional hemos propuesto la concreción de un acuerdo nacional en materia económica y social. Este acuerdo debería lograrse en el Consejo Económico y Social, y concretarse en la práctica a través de un gobierno de coalición nacional, coordinado y presidido, como es lógico, por el Presidente de la República. Estas son las propuestas de participación, de unidad nacional y de consolidación de la convivencia democrática entre los argentinos, que plantea en forma coherente el Socialismo Popular.
Este es el único camino para alcanzar la Nación independiente y solidaria que quiere la inmensa mayoría de los argentinos, que no vive ni de la usura ni de la especulación.
El destrozado aparato estatal sólo podrá mejorar tu funcionamiento y eficiencia a través de la participación popular. Las empresas del estado y los servicios públicos, no cumplirán sus objetivos con la dirección de los capitanes de la, industria, sino cuando sean administrada por los usuarios, por los trabajadores y los representantes del estado democrático.
La obras sociales de los trabajadores, de los jubilados y de los pensionados no mejorarán su funcionamiento mientras no participen en su administración y a todo nivel jerárquico y geográfico los propios interesados. Los organismos del estado directamente vinculados a la producción no cumplirán sus objetivos sin la participación activa y plena de los propios productores.
Agotado el viejo modelo de país que termina jerarquizando a la usura y a la especulación por sobre el trabajo y la producción no queda otro camino que el diálogo entre los argentinos para reformular el país y la participación de todos a todo nivel y todos los días, para comenzar a construir el nuevo país.
Más de tres años nos demuestran que las solas instituciones representativas, no alcanzan para salir de te crisis más grande de nuestra organización nacional. At voto hay que agregarle la participación en toda actividad y los 365 días del año.
Esta es la propuesta de la nueva política para un tiempo nuevo. Esta es la propuesta del socialismo. Crear los canales institucionales para que con la participación de todos, sin exclusiones, los argentinos, confiados en nuestra fuerza e inspirados por los fundadores de la nacionalidad y por las gestas de nuestro pueblo, acordemos las bases de un nuevo país.
La vieja política, que es politiquería de caciques y de internas no tiene propuesta para los graves problemas de hoy. Lo nuevo frente a lo viejo, la participación frente al caciquismo y la digitación.
El Socialismo Popular plantea hoy más que nunca la necesaria concreción de la Unidad Socialista como instrumento apto para desarrollar la alternativa de cambio. La planteamos con el mismo criterio de amplitud y sin exclusiones, pero la planteamos con la firmeza y la urgencia de quienes están convencidos de que 1987 es el tiempo en que el socialismo se constituye en el albañil más abnegado de la reconstrucción nacional.
Cuando nuevamente se escuchan voces contrarias a la democracia, que persiguen el resquebrajamiento de la organicidad de nuestras instituciones y de las propias Fuerzas Armadas es necesario avanzar con más decisión en la creación de nuevas formas participativas y en el rechazo de la presión permanente de los intereses extranjeros sobre nuestra economía.
La participación popular y el cambio de la política económica son los únicos caminos valederos e indestructibles para la consolidación de la democracia, jerarquizamos el desarrollo de la idea de la participación porque el socialismo que confía en la capacidad creadora y realizadora del pueblo sabe que ella es la única valla infranqueable para la dependencia y para las fuerzas que están a su servicio.
La realidad nos obliga a dejar de pensar en blanco y negro para empezar a pensar en azul y blanco.