En el año 1917 Hipólito Yrigoyen, electo en dos oportunidades por pueblo, presidente de los argentinos, dijo: "...los pueblos de América, vinculados por identidad de origen y de ideales, no deben permanecer aislados unos de otros, ante la actual convulsión universal, sino congregarse a efectos de uniformar opiniones y coordinar en lo posible el pensamiento común en la situación por la que atraviesa el mundo".
Años después, Juan Perón, electo en tres oportunidades por el pueblo presidente de los argentinos, dijo: "...el año 2000 encontrará la América latina unida o dominada".
En el año 1913, el gran patriota latinoamericano Manuel Ugarte, dijo: "...mi patria, ¿es acaso el barrio en que vivo, la casa en que me alojo, la habitación en que duermo? ¿No tenemos más bandera que la sombra del campanario? Yo conservo fervorosamente el culto del país en que he nacido, pero mi patria superior es el conjunto de ideas, de recuerdos, de costumbres, de orientaciones y de esperanzas que los hombres del mismo origen, nacidos de la misma revolución, articulan en el mismo continente, con ayuda de la misma lengua".
En el año 1920, socialistas como José Ingenieros y Alfredo Palacios, le ponían nombre y apellido al problema, como iniciadores y propulsores de la Unión Latino mericana definiendo con claridad la naturaleza de nuestra dependencia.
Siguiendo la tradición popular y socialista de nuestra patria, en este mes de octubre, que es el mes de las grandes victorias de las mayorías nacionales, que es el mes que Yrigoyen llamó de la Raza, como reprobación a la política extranjerizante del "régimen", señalamos a los compatriotas la importancia de luchar por la unidad de los pueblos de América latina.
Así lo comprendió el gran patriota de Yapeyú, que liberó medio continente por solidaridad con los pueblos hermanos y para asegurar la independencia nacional.
También José de San Martín, en sus mensajes a los pueblos de Chile y de Perú nos enseña su convicción de que sólo la libertad de los pueblos hermanos y el respeto por sus derechos, asegura la libertad Argentina y el respeto a los derechos del pueblo argentino.
Mariano Moreno comprendió y valoró el problema de la unidad y solidaridad latinoamericana y envió un delegado de la Primera Junta a las milenarias ruinas del Tiahuanaco, a orillas del lago Titicaca, con el mensaje de Mayo para los viejos y nuevos pueblos de América.
Hoy, ante la difícil situación que viven muchos pueblos de América latina, que sufren el desconocimiento de la Soberanía Popular, debemos volver a nuestras fuentes, a nuestra historia y tomar de ella nuestros ejemplos y valores.
Hoy debemos aprender la lección de nuestra historia, la Soberanía de la Nación Argentina sólo podrá concretarse con la emancipación de los pueblos hermanos de América latina.
En Octubre, mes de los triunfos del pueblo soberano en nuestra historia y mes de la unidad latinoamericana, unámonos más los argentinos en las fábricas, en el surco, en las aulas, en los barrios, en los cuarteles y en las iglesias, para lograr el respeto de la Soberanía Popular. Soberanía popular que es el fundamento mismo de la democracia. Que considera al pueblo único depositario del poder político de la Nación. Que entiende al pueblo como el único llamado a decidir su propio destino. Por eso, sin la participación de todos, es imposible una Argentina realmente independiente, para sí y para toda la América latina.
Ello es el punto de partida para el logro de la libertad de los habitantes de nuestro suelo, para el bienestar y la independencia de nuestra patria.
Los trabajadores y la juventud, encabezarán la marcha, tras la cual avanzará todo el pueblo de nuestra patria, que concretará sin duda el renacimiento de la Nación Argentina.