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Solo el pueblo salvará a la nación

Texto de la declaración emitida por el Comité Nacional del PSP, reunido en la ciudad de Buenos aires los días 2 y 3 de Julio de 1982.

El Comité Nacional del Partido Socialista Popular reitera hoy la solidaridad que expresara el 2 de abril con los compatriotas que lucharon, murieron y aún están en nuestras Islas Malvinas en defensa de la soberanía nacional.

La guerra por la independencia de los pueblos se define por la razón y justicia de sus objetivos y por la participación popular en su concepción y conducción.

Así nos lo enseña nuestra historia patria. Así nos lo enseña la lucha victoriosa de los pueblos hermanos del Tercer Mundo, entre otros, los de India, Argelia, Cuba y Vietnam, como lo reconociera el ex-Ministro de Relaciones Exteriores.

Ante la derrota sufrida en Puerto Argentino, debemos tener la madurez y el coraje de hallar en nuestra realidad actual, como Estado, las causas de la derrota.

No debemos permitir que un sentimiento de frustración produzca la falta de con­fianza del pueblo en sus propias fuerzas. Por el contrario, la experiencia sufrida, los muertos y la sangre derramada por la agresión del colonialismo inglés y la agresión del imperialismo norteamericano, deben demostrar y convencer a todos los integrantes del pueblo, que sólo el pueblo puede conducir a la Argentina a la victoria.

Nuestro país ha sido llevado al borde de su desintegración como Nación por la aplicación de un plan económico que provocó la destrucción del aparato productivo, la enajenación de las principales actividades del quehacer nacional a manos extran­jeras, la jerarquización de la usura internacional por encima del trabajo y la pro­ducción nacional.

La orientación extranjerizante jerarquizó en materia de Obras Públicas la construc­ción de costosísimas autopistas dentro del perímetro de la Capital Federal y no concluyó las nacionales y estratégicas rutas número 3 y 40, que corren paralelas al litoral patagónico y a la Cordillera de los Andes, respectivamente.

En materia ferroviaria se jerarquizó el levantamiento de miles de kilómetros de vías en el interior y la electrificación de ramales suburbanos en lugar de la construc­ción del Ferrocarril Central Patagónico. A YPF se le prohibió utilizar los colores na­cionales, se devolvieron las bocas de expendio a las compañías petroleras del enemigo y finalmente se planificaba su liquidación; si se hubiera cumplido este plan de entrega se habría dejado en manos enemigas el abastecimiento de combustibles a nuestras Fuerzas Armadas.

A la juventud se le cercenó su acceso a los diversos niveles de la enseñanza. Exámenes, cupos y aranceles configuran un arbitrario ingreso a la universidad, arro­jándose la mente de decenas de miles de jóvenes argentinos al manipuleo irrespon­sable de academias e institutos privados.

La degradación se exterioriza criminalmente a nivel cultural a través del contenido extranjerizante de la enseñanza; es así como en escuelas primarias de la Capital Federal se suspendieron las clases para contemplar por televisión el casamiento de la pareja real inglesa, mientras que se demoraron dos semanas para que se dictasen clases alusivas a las Malvinas.

En materia de relaciones internacionales, la degradación llevó a estructurar una política exterior satélite del imperialismo norteamericano. El aporte de éste determinó la derrota de Puerto Argentino y la inmolación de centenares de nuestros jóvenes.

Como lo alertáramos el 25 de mayo de 1977, hoy se ha constatado la influencia de la dependencia en el equipamiento y en la estructuración de nuestras Fuerzas Armadas.

El incremento de la dependencia se reflejó drásticamente en el aumento de necesidades primarias insatisfechas de vastos sectores de trabajadores y de sus familias. La desocupación y el hambre son las realidades que se ofrecen al millón de argentinos que se apretujan alrededor de las grandes ciudades para disputar alguna migaja de nuestro proceso económico dependiente.

La aplicación de estos planes posibilitaron que las mentes de nuestros niños, nuestros jóvenes y el pueblo en general, hayan sido bombardeados por los medios de comunicación de masas, jerarquizando todo lo extranjero y desjerarquizando todo lo nacional. Juguetes, vestuarios, literatura y medios de comunicación han sido trans­formados por la dependencia en armas destructivas de los valores nacionales de nuestro pueblo.

Los arquitectos que proyectaron y ejecutaron esta degradación, son los equipos económicos que encabezan José Martínez de Hoz y Roberto Alemann, cuya perma­nencia en el gobierno exteriorizó la incapacidad del régimen para oponerse frontalmente al colonialismo inglés y al imperialismo norteamericano, en defensa de nuestra integridad territorial.

El régimen, reflejo de la degradación imperante, es incapaz de salir adelante. Esta realidad no significa la incapacidad de Argentina; la Argentina tiene su capacidad en su pueblo, por eso es necesario que el pueblo, que cada uno de sus integrantes asuma su rol protagónico.

Cada argentino, cada trabajador, cada joven, debe participar hoy; no debe esperar, debe proceder, en el barrio, en la fábrica, el aula, participar orgánicamente en la defensa de los derechos de la Patria. La suma de sus participaciones es la capacidad y la fuerza invencible de Argentina.

Por eso es necesario promover, organizar y canalizar la participación popular para reemplazar rápidamente al país de la degradación, de la usura, de la especulación, de la explotación, de la inseguridad, de los mejores sueldos para quienes nada pro­ducen por la Argentina invencible de los que trabajan, de los que producen, de los que construyen. Sólo la participación y el gobierno del pueblo pueden garantizar la existencia independiente de nuestra Nación.

Para los que creyeron en el proceso y fueron utilizados, traicionados, entregados; para los que nunca creímos en él, para todos, lo importante es creer hoy en la posi­bilidad de la existencia independiente de la Nación Argentina.

Hoy nuestra independencia y existencia se ven jaqueadas por la dependencia y la degradación que ella engendra. Es necesario desarrollar el campo de lo nacional, el bando de los nacionales, desarrollar la Argentina que pueda asegurar a través del tiempo el valor de las bajas sufridas y de la sangre derramada. Una Argentina que pueda edificar sobre el dolor y el despojo, la victoria contra el colonialismo y el im­perialismo, asegurando definitivamente la independencia nacional. Esta Argentina su­frida, despojada, saqueada hoy por las tropas mercenarias del colonialismo y del impe­rialismo, y ayer y hoy por los equipos económicos del colonialismo y del imperialismo, debe reconfortarse en la tradición nacional del temple del pueblo argentino. Del dolor y de la frustración de la primera invasión inglesa, que regó el fruto de la Reconquista de Buenos Aires; del dolor y de la abnegación del pueblo jujeño que regó las victo­rias de Tucumán y Salta.

En ese futuro independiente vivirán los muertos de hoy, como han vivido y viven en nosotros los héroes de la independencia nacional. El dolor de hoy se transformará en las sonrisas y en las posibilidades plenas de los niños del futuro.

Para aproximarnos a esa Argentina independiente, hermana sincera de América Latina y del Tercer Mundo, el Comité Nacional del Partido Socialista Popular propone al pueblo, especialmente a los combatientes, a los trabajadores y a la juventud:

A. EN RELACION A LA AGRESION DEL COLONIALISMO

1- Lograr de la Comunidad Internacional el reconocimiento de la soberanía ar­gentina sobre las Islas Malvinas, Sandwich y Georgias del Sur.

2- Denunciar en todos los foros y organismos internacionales, y ante los estados, pueblos y partidos políticos solidarios, la permanente agresión del colonialismo inglés y del imperialismo norteamericano.

3- La expropiación de la propiedad enemiga (Inglaterra y EE.UU.) de conformidad al relevamiento que efectúen las comisiones designadas. El no pago de la deuda externa al enemigo. La moratoria de las deudas externas con los países aliados del enemigo. Gestionar la adhesión de los países latinoamericanos a estas medidas, como represalia a la agresión inglesa y a las sanciones económicas aplicadas por los países europeos y los EE.UU. contra un país latinoamericano. Expropiación y colonización con los pobladores, de las tierras que posee el capital enemigo, especialmente en las provincias de Santa Cruz (25 % de su superficie) y de Chubut (442.000 Ha.).

4- Concretar con las demás repúblicas latinoamericanas una organización regional que, plasmando los sueños de San Martín y Bolívar, otorgue a nuestros estados un organismo idóneo para la defensa de los intereses de sus pueblos.

5- Denunciar por parte de nuestro país el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca y propiciar de los países latinoamericanos una conducta similar. Retiro de la República Argentina de la Junta Interamericana de Defensa por el apoyo decisivo brindado por las fuerzas armadas del imperialismo norteamericano a las tropas colo­nialistas inglesas. Concertar un tratado latinoamericano de asistencia recíproca.

6- Denunciar ante la Asamblea General de las Naciones Unidas la utilización del Tratado de Tlatelolco para agredir a los países en vías de desarrollo y para asegurar la preeminencia bélica de las potencias nucleares sobre ellos.

B. EN RELACION A LOS COMPATRIOTAS VICTIMAS DE LA AGRESION DEL COLONIALISMO Y DEL IMPERIALISMO

1-    Traslado inmediato de los prisioneros argentinos al territorio continental.

2-    Erección en la plaza principal de toda ciudad y localidad de    la República, de monolitos —financiados por suscripción popular— en recordación de los compatriotas caídos en defensa de la soberanía nacional avasallada por la fuerza    del colonialismo inglés y del imperialismo norteamericano.

3-    Pensión a los familiares de los caídos.

4-    Rehabilitación, subsidios y posibilidades concretas de ocupación a los inválidos
de guerra.

5-    Garantizar trabajo y estudio para los excombatientes.

C. EN RELACION A LA ECONOMIA

La adopción de un plan de emergencia para:

1-       Abandonar la actual orientación de la economía liberándola de la dependencia de manos extranjeras, a los efectos de posibilitar una programación argentina de la misma.

2-       Asegurar la satisfacción de las necesidades básicas y estratégicas de nuestra estructura económica por manos argentinas, como lo señalara el General Enrique Mosconi.

3-       Posibilitar el pleno empleo.

4-       Concretar salarios que posibiliten con ocho horas de trabajo el acceso real de todos los argentinos a la salud, vivienda y educación. Convocatoria a las paritarias y devolución de las Obras Sociales a los trabajadores.

5-       Fomento de la pequeña y mediana empresa de la ciudad y del campo, funda­mentalmente en las regiones más postergadas del país.

D. EN LO INSTITUCIONAL

Levantamiento del estado de sitio. Vigencia plena de los derechos y garantías constitucionales. Libertad a los presos políticos y sociales. Respuesta a los reclamos sobre los desaparecidos.

Pleno funcionamiento de las organizaciones políticas, gremiales y estudiantiles.

Vigencia de la soberanía popular, a través de la realización inmediata de elec­ciones libres y sin condicionamientos, sin proscripciones y sin exiliados.

E. LA COINCIDENCIA NECESARIA

El Comité Nacional del Partido Socialista Popular ante la realidad que vive el país, reitera la propuesta que con prudencia, pero con decisión patriótica, efectuara el Congreso Partidario en 1975: el acuerdo de los grandes sectores de la vida nacional acerca de un mínimo de puntos, que permitiera la convivencia entre los argentinos y el respeto de las instituciones. El rechazo del diálogo y de la concertación, posibilitó el incremento de la dependencia nacional, la muerte y el dolor de miles de compa­triotas y la depredación de nuestro patrimonio moral, cultural y material.

La situación, hoy fuertemente agravada, nos lleva a reiterar la necesaria coinci­dencia sobre un plan mínimo a lograrse entre la Multipartidaria, el movimiento obrero, el movimiento empresario de la ciudad y del campo, y las Fuerzas Armadas, que par­tiendo del reconocimiento de la soberanía popular, posibilite la existencia indepen­diente de la Nación y la libertad y el bienestar de su pueblo. Buenos Aires, 2 de julio de 1982.

Guillermo Estévez Boero, Héctor J. Cavallero, Héctor Miguel Di Biasi, Miguel A. Godoy, Juan Carlos Zabalza, Rubén Bilicich, Carlos R. Constenla, Víctor M. Mondschein, Carlos E. Spini, Oscar Beban, Horacio Blanco, Eduardo Correa, Alfredo Caíno, Marcelo Gallino, Ernesto Jaimovich, Jorge López, Carlos Nivio, Eduardo Olivares, Oscar Santarelli, Roberto Simes, Rodolfo Succar, Lina Torres, Víctor H. Vallejos.

Portada: MANIFESTACIÓN

Autor: ANTONIO BERNI. Pintor Argentino (1905- 1981)


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