El 12 de Agosto de 1806, el pueblo de Buenos Aires reconquistó la ciudad que se hallaba en poder del ejército inglés, el cuál era considerado casi invencible en Europa.
La Reconquista no la llevó a cabo un ejército disciplinado y poderosamente armado; por el contrario, los jefes militares del movimiento reconquistador sólo contaban con un ejército improvisado cuyo fracaso consideraban inevitable aquéllos que carecían de confianza en la voluntad y entusiasmo del pueblo.
Hombres, mujeres y niños no vacilaron en poner su vida y sus bienes al servicio de la defensa de su tierra y de sus valores.
En esas jornadas, la mujer jugó un papel importante. Se ocupó de los enfermos, de infundir valor y confianza, de recolectar fondos y su participación activa - en el propio frente - constituyó un baluarte sobre el que se apoyó la Reconquista.
Asimismo, respondió generosamente a la circular que el 9 de octubre de 1806 dictase el Cabildo de Buenos Aires solicitando su concurso "para suministrar vendajes, colchones, sabanas, almohadas y frazadas para los pobres que entrasen en los hospitales”.
Recordamos hoy, el ejemplo de "La Tucumana" Manuela Pedraza, quién enfrentó al invasor inglés junto a su esposo. Recordamos también el gesto de aquella otra anónima mujer, que alzando su voz frente al enemigo, anunció la decisión de las mujeres de levantarse unánimemente y rechazar a los ingleses a pedradas.
Evocamos el ejemplo de Martina Céspedes, quién con sus tres hijas apresó y mantuvo recluidos durante dos días a doce oficiales ingleses.
En esta conjunción de esfuerzos, la mujer del interior se hizo presente. Recaudó fondos, proveyó uniformes y armas para aquellos soldados que desde todas las provincias formaron cuerpos voluntarios ofreciendo su vida a sus hermanos de Buenos Aires.
Las calles de Buenos Aires se cubrieron con aceite, piedras, y toda clase de proyectiles lanzados desde las azoteas por las familias.
Hoy, frente a la ausencia de valores trascendentes de la sociedad de consumo en la cual nos hallamos inmersos, evocamos el papel que desempeñaron las mujeres junto a los niños y hombres del pueblo, en momentos en que su tierra era amenazada.
Hoy, cuando nuestra Patria está nuevamente en peligro; cuando el invasor no nos ataca abiertamente por las armas; hoy, cuando nuestro enemigo cabalga sobre las discrepancias de los argentinos, más que nunca debemos estar unidos con el claro objetivo de lograr una nueva Reconquista.
Reconquista que significa rescatar los valores nacionales, Reconquista que significa erradicar la droga, el terror y la pornografía; Reconquista que significa desterrar el analfabetismo y la mortalidad infantil; Reconquista que significa la multiplicación de los centros de salud materno-infantil, de las guarderías y de los comedores escolares; Reconquista que significa la organización de las mayorías nacionales y el respeto a la voluntad popular; Reconquista que significa defender la plena vigencia de la soberanía nacional, territorial, económica y cultural.
La plena participación social y política de la mujer es requisito indispensable para la marcha del pueblo todo, hacia el desempeño de su rol protagónico en la Historia.
La mujer debe incrementar su participación en forma constante y responsable, en la agrupación gremial, en el sindicato, en la organización empresaria, en la agrupación universitaria, en los centros de estudiantes, en las asociaciones profesionales, en las cooperativas, en las sociedades vecinales, en los clubes de barrio, en las bibliotecas, en las cooperadoras, etc.
Al evocar hoy a las heroínas conocidas y anónimas de la Reconquista, reivindicamos el papel de la mujer en todos los planos del quehacer nacional, y enarbolamos los viejos principios de igualdad de salarios para trabajos iguales, de igualdad de oportunidades y de igualdad de derechos.
Centro de Estudios Acción Argentina
12 de Agosto de 1979