A quienes tienen la responsabilidad de conducir el Partido Socialista Popular que tanto engrandeciera el compañero Juan Barrera con su trabajo y su ejemplo, les ha parecido oportuno elegir la fecha mundial de los trabajadores -1º de Mayo- para hacer llegar estas líneas a los familiares de nuestro compañero.
En general, los nombres de los hombres que mueren se olvidan por parte del pueblo, de los vecinos, en muy poco tiempo. En algunos casos, cuando quienes mueren han tenido actuación pública el olvido demora algún tiempo más. En muy pocos casos, cuando quien muere ha dedicado su vida a amar y servir al pueblo y a la Nación su nombre se recuerda mucho más tiempo y cuando ese tiempo se agota continúa viviendo en medio de las mujeres y los hombres del pueblo a través da sus obras imperecederas.
Por ello, los familiares de Juan Barrera deben sobreponerse rápidamente a su natural y legítimo dolor, porque el compañero Barrera seguirá existiendo en el seno de las mujeres y hombres del pueblo, a quienes tanto amó, mucho después del momento en que todos nosotros dejemos de existir.
De aquí para siempre el compañero Barrera estará presente en cada uno de los trabajadores que integre la Fraternidad, en cada une de los enfermos y heridos que se atiendan en el Hospital Ferroviario, en cada uno de los ciudadanos que viva un momento de esparcimiento en un club deportivo, en cada una de las personas que se beneficie a través de una sociedad de socorros mutuos y en cada hombre y mujer argentino del futuro que ha de vivir en la libertad, en el bienestar y en un país independiente regido por la confraternidad socialista que pregonó y difundió el compañero Barrera.
¿Qué fuerza impulsó a este compañero a ocuparse de la organización sindical, del esparcimiento del pueblo, de los enfermos y de los heridos, de los necesitados y del futuro de la Nación a través de su larga y fructífera existencia? Fue el socialismo, que pregona una real y efectiva justicia social y una Patria realmente libre e independiente. Con esta fuerza, en una pequeña población de nuestro dilatado interior vivió construyendo y organizando para un futuro al cual sabía que él no arribarla, pero al cual arribará el pueblo indefectiblemente.
¡Qué ejemplo y qué lección fue su vida para aquellos que en nuestra época tienen todo, manejan rodos los factores de le economía y no hacen nada por el trabajador, por el joven, por el enfermo, por el necesitado y en definitiva, por el futuro de la Nación!
La instrucción y la capacidad económica de un hombre pueden ser grandes o pequeñas, pero basta con que ponga su esfuerzo al servicio del pueblo y de la Nación para que su vida sea grande e imperecedera.
Por todo lo que hizo, por todo lo que nos enseñó este trabajador, hemos creído justo en el día de los trabajadores señalarlo ante todos los integrantes de nuestro Partido como ejemplo en la
rectificación de la práctica de nuestra vida.-
Buenos Aires, 1º de Mayo de 1977.