La nacionalización de la comercialización de los hidrocarburos constituye un claro paso adelante dado por el gobierno popular en la recuperación del patrimonio nacional. Es una medida de claro contenido antimperialista y constituye una resolución muy importante en el camino de la Liberación Nacional.
En reiteradas oportunidades el Partido Socialista Popular manifestó que sólo las medidas de innegable contenido nacional y popular brindarían al gobierno el apoyo popular. Lo acontecido a raíz de la nacionalización de la comercialización de los hidrocarburos es una clara confirmación de lo que hemos expresado. Desde todos los puntos del país y desde todos los sectores políticos y sociales llegaron al gobierno popular las adhesiones por el paso dado en defensa de los intereses nacionales y en contra de los privilegios de los monopolios extranjeros. El papel que desempeñó en esta conquista antiimperialista el SUPE y la Confederación General del Trabajo fue, pensamos, decisivo.
Muchas veces el PSP expresó que sólo se llegará a la Liberación Nacional a través de un Frente del Pueblo liderado por los trabajadores. En esta oportunidad también quedó demostrado lo correcto y lo posible de esta afirmación. El papel jugado por los trabajadores fue esencial en esta conquista de neto corte liberador y de claro contenido antimperialista. Fue sumamente positiva la concentración de los trabajadores en Plaza de Mayo, pero aún fue más importante el hecho de que la Presidente de la Nación les dirigiera la palabra. Su actitud define una característica del gobierno popular, que el PSP ha de rescatar y de defender hasta sus últimas consecuencias, porque únicamente el respaldo popular activo posibilita que un gobierno pueda avanzar en el camino de la Liberación Nacional. La lucha con los monopolios internacionales del petróleo no termina con esta medida. Será necesario continuar avanzando y poner bajo los colores de YPF todas las etapas de exploración, extracción y destilación del petróleo. La necesidad de estos nuevos avances, no puede disimular la importancia del avance realizado. Una batalla no es la guerra, pero debemos festejar, popularizar y capitalizar el triunfo de cada batalla para poder ganar la guerra.
En los últimos días también se ha conocido el balance de diversas compañías del Estado, experimentándose la profunda satisfacción de que algunas de ellas, tan queridas por los integrantes del pueblo, como YPF, como Aerolíneas Argentinas, otorgaron superávit. Todo balance constituye un número de cuentas de un valor relativo. Pero lo importante, lo que se debe apoyar, es la actitud que definen estos balances. A través de largos años se han fabricado balances desastrosos para las empresas nacionales y a través de su gran difusión se trató inútilmente de convencer al país de que las empresas del Estado constituían un cáncer para nuestra economía. YPF era el cáncer. la Standard Oil de la Braniff, una solución. El pueblo condenó para siempre a los voceros de los monopolios extranjeros, a los desarrollistas comisionistas y saluda y apoya el nuevo desarrollo de las empresas del Estado. Esto constituye otra característica del gobierno popular que el PSP también está resuelto a rescatar y a defender hasta sus últimas consecuencias.
Para acompañar al pueblo en su tumultuoso avance hacia la Liberación Nacional hay que estar entrañablemente vinculado a él o tener una gran comprensión del proceso de la evolución de nuestra patria.
Nadie puede pretender monopolizar el camino o las fórmulas de la liberación. Pero por sobre todas las cosas nadie puede pretender dictar al pueblo y dentro de él, a los trabajadores cuál ha de ser su actitud en la lucha por la Liberación Nacional. Los argentinos vivimos un período turbulento, un período movido de nuestra historia, en el cual las grandes mayorías nacionales tratan de asegurar la existencia de un país independiente que le posibilite el acceso a un mayor bien estar, a la salud y a la cultura. En este camino, la lucha con los intereses del imperialismo y de su aliada la oligarquía terrateniente es diaria, es cosa de todos los días. El imperialismo y la oligarquía han conducido por años la economía de nuestro país y sus agentes y sus personeros a cada vuelta de esquina tratan de frenar el camino del pueblo hacia la Liberación Nacional. Pero el ritmo, la velocidad para recorrer este camino, sólo es determinado por el pueblo incrustado en la realidad nacional. Nadie tiene el derecho, ni la posibilidad de fijar la velocidad del proceso de nuestra Liberación Nacional.
El PSP reconoce el rol protagónico de las mayorías nacionales, señala lo positivo de la existencia de un gobierno electo por la voluntad popular, de un parlamento elegido por el pueblo, de la existencia de las instituciones republicanas, para el desarrollo de las organizaciones populares, por ello reitera que la violencia que en nuestro país impulsan los intereses extranjeros y propagan quienes no comprenden el rol protagonizó de las mayorías nacionales, beneficia exclusivamente a los monopolios extranjeros y a la oligarquía terrateniente. El problema del país no es Isabel sí o Isabel no. El problema del país es Liberación o Dependencia. El camino de la Liberación pasa por el respeto de la soberanía popular, y la Presidente de la República es expresión de esa soberanía.
Las campañas tendientes a denigrar determinadas personas, las provocaciones que desembocan en inútiles divisiones en el seno de nuestro pueblo no constituyen los métodos idóneos para avanzar hacia la Liberación Nacional. Las bombas no solucionan nada. El imperialismo norteamericano arrojó millones en Vietnam y fue derrotado. Solamente se avanza organizando a las mayorías nacionales con un claro programa de Liberación Nacional que nacionalice los monopolios y expropie a la oligarquía. Pero para tomar ese camino es necesario creer en la capacidad creadora y liberadora del pueblo El P S P. expresa una vez más: CON LAS MAYORIAS NACIONALES TODO, SIN LAS MAYORIAS NACIONALES NADA.
Editorial "La Vanguardia", Setiembre de 1974