Documentos MNR

Acerca del des-informe de la Junta Ejecutiva de la FUA

En este informe presentado el IX Congreso Nacional de la FUA, el MNR señala con toda claridad la inoperancia y marginación de la Junta Ejecutiva de la FUA, que como bien lo expresa el informe, lejos de convertirse en la vanguardia del estudiantado argentino en la lucha contra la Dictadura mercenaria, se ha convertido en su retaguardia.

Estos errores se agravan cuando en la práctica estos compañeros coinciden con los objetivos de la dictadura mercenaria al despreciar la participación protagónica de los estudiantes, las federaciones regionales y la FUA, como resultado de la cual han elevado el debilitamiento de las organizaciones estudiantiles y a promover divisionismo en las filas del movimiento estudiantil tras la búsqueda de falsos “organismos superadores”.

Esta política favorece el enemigo, por ello el MNR la denuncia y llama a los estudiantes a rescatar a la FUA de manos del sectarismo para ubicarla en la auténtica defensa de los intereses estudiantiles y del pueblo argentino.

 

ACERCA DEL DES – INFORME DE LA JUNTA EJECUTIVA DE LA F.U.A.

Quienes actúan en forma permanente  en defensa de los intereses de las mayorías del pueblo, jamás han ocultado a esas mayorías sus objetivos; todo lo contrario, los han definido y difundido en forma precisa, a los fines de promover la participación de sectores cada vez más crecientes en la lucha por su consecución.

Evidentemente, no es éste el caso de la Dictadura Mercenaria que nos sojuzga y que accediera al poder administrativo de nuestro país, violando la voluntad soberana de nuestro pueblo, el 28 de junio de 1966.

Por ello no nos ha sorprendido que, en su actuación, proscribiera e intentara destruir todo tipo de organización representativa de esas mayorías. De esta manera querían impedir la consolidación de la resistencia a las medidas de la entrega del patrimonio económico y cultural que, inevitablemente, devendría como resultado de la diametral oposición existente entre los intereses representados por la Dictadura y los de las mayorías nacionales.

Esto, que es lo que ha sucedido en nuestro país, es aplicable también a nuestra Universidad, donde los representantes de los monopolios han proscripto y disuelto por decreto a todo tipo de organización estudiantil.

Mas, la resistencia popular y estudiantil no pudo ni podrá ser evitada.. Todo lo contrario. Esa llama encendida en las penumbras de Junio del ’66 por los universitarios de Rosario y Córdoba, que señaló el camino trascendente que habríamos de seguir los estudiantes argentinos junto a nuestro pueblo en el enfrentamiento a los sectores más reaccionarios, se ha ido avivando, ha crecido y es hoy expresión de las mayorías estudiantiles.

Partiendo desde los más distantes rincones del país, los universitarios hemos ido coincidiendo en el enfrentamiento a nuestro enemigo común, desde las aulas, laboratorios o gabinetes, en la lucha en contra del limitacionismo, en contra de la modificación de los planes de estudio, en contra del arancelamiento, en síntesis, en contra de la Ley Universitaria; hemos ido  nutriendo las filas de la resistencia, nos hemos constituido en la práctica en los auténticos defensores de la Universidad para el pueblo.

Muchas son las enseñanzas que en este camino hemos asimilado. Comprendimos que nuestra unión y nuestra organización son la base fundamental de nuestro triunfo, comprendimos que sin ellos somos fácilmente derrotados. Por ello es que los defendemos y los preservamos, en nuestro batallar, contra la Intervención.

Por sobre todas estas cosas hemos comprendido que la unidad y la organización  de los estudiantes como necesidad perentoria de nuestra realidad con posibilidades reales de concretarse, sólo serán factibles de lograr a través de la participación plena de todos los estudiantes en este proceso. Por este motivo los Centros de Estudiantes Únicos deben ser democráticos para garantizar esa participación, deben tener un accionar permanente y deben desarrollar los múltiples aspectos que hacen a la lucha estudiantil.

Ante esa realidad,¿cómo debemos actuar?,¿cuál es el papel trascendente que estamos llamados a cumplir?, ¿quiénes pueden desarrollar un rol realmente positivo en este proceso?. Sólo podrán hacerlo aquéllos que sin adjudicarse a sí mismos la infalibilidad divina y sin sentirse oráculo de los estudiantes, entiendan esta realidad, se consustancien con ella y a partir de allí, con confianza en las mayorías estudiantiles, caminen a su lado aceptando sus aportes en el sendero concreto del enfrentamiento real a la Dictadura y sus personeros.

¿Es que acaso pueden jugar un rol trascendente en ese objetivo quienes evaden la realidad concreta de los estudiantes y mientras éstos sufren en carne propia la artillería pesada de la Intervención, a través de los cursos de ingreso limitacionistas, no sólo se programan ni dirigen, sino que directamente están ausentes de estas luchas.

¿Es que pueden desarrollar un papel positivo quienes ante el 50° aniversario de la F.U.A., y que hoy sintetizan el programa y la organización de la Resistencia, desprecian la posibilidad de movilización estudiantil, no la promueven y luego, ante la inminencia de la masiva participación en las actividades de enfrentamiento, deben correr a ellas para no quedar totalmente marginadas?.

¿Es que pueden jugar un papel trascendente quienes, ante las importantes luchas desarrolladas por los compañeros portuarios, ferroviarios, por los compañeros trabajadores de Córdoba, de Tucumán, del norte de Santa fe, por los maestros argentinos, ni siquiera han difundido esas luchas en el seno del movimiento estudiantil y pretendiendo hoy capitalizar lo que ni promovieron ni hicieron, mientras en las aulas, en las fábricas y en las calles de la República los estudiantes, los trabajadores y el pueblo todo daba su batalla contra la expresión concreta del imperialismo norteamericano, la Dictadura Mercenaria.

Por eso decimos que estos compañeros han estado de espaldas a los estudiantes y al pueblo; lejos de convertirse en vanguardia del estudiantado argentino, se han convertido en su retaguardia. Entonces, la síntesis de la actividad de esta Junta Ejecutiva como auténtica conducción de la F.U.A., se puede resumir en una sola palabra: Nada. Por eso su pretendido informe no es otra cosa que un des – informe.

El resultado de esta actuación es a todas luces evidente. Se ha llevado a la F.U.A. a la situación más crítica que reconoce su historia. Nunca la F.U.A. atravesó por una situación de debilidad como la actual.

Sin duda alguna, esto de ninguna manera es favorable para los intereses de los estudiantes.

¿A qué se debe esta conducta? Sucede que los compañeros no sólo no viven ni comprenden la realidad de los estudiantes y del pueblo argentino, sino que creyéndose en la posesión absoluta de la verdad, se niegan a escuchar las opiniones del estudiantado y continúan construyendo castillos en su imaginación, aislados de la realidad nacional. Este aislamiento, que los ha llevado a ser uno de los principales responsables de la destrucción de Centros de Estudiantes y Federaciones, los ha conducido también a coincidir tácticamente con la Dictadura. Es así que, ambos, la Dictadura y el sectarismo, coinciden en jerarquizar la producción de incendios, antes que la masiva participación del pueblo. Al evaluar las movilizaciones de Mayo, ambos coinciden en despreciar la voluntad soberana del pueblo de darse su propia forma de gobierno; ambos coinciden en despreciar así la participación protagónica de las mayorías argentinas.

Es por eso que no extraña que la coincidencia llegue a evidenciar que, así como la Dictadura debió violar la voluntad de los argentinos para instaurarse en 1966, la actual Junta Ejecutiva, para lograr su permanencia en la conducción de la F.U.A., apeló hoy, ante el IX Congreso Nacional de Estudiantes, a los métodos más antidemocráticos que podemos imaginar. De esta forma, sobre la base de los criterios más originales y novedosos de representatividad, se premia a los que cuentan con menor participación estudiantil y se otorgan numerosos delegados a Centros estudiantiles existentes, a los fines de “estimular” - según los compañeros- su integración en la F.U.A.

Su aislamiento de la realidad y su creencia de haber logrado la posesión monolítica de la verdad, les impide a estos compañeros toda posibilidad real de autocrítica; por eso no atribuyen su fracaso como conducción a lo erróneo de su política, sino que lo atribuyen a la organización estudiantil, planteando hoy la búsqueda de “organismos superadores”.

La práctica ha demostrado que estos intentos “superadores” sólo han llegado a la disolución de los organismos de masas, cuya eficiencia como modalidad organizadora ha sido probada por el estudiantado argentino durante más de 50 años.

La única superación consiste en abrir las compuertas de estos organismos a la participación efectiva de las mayorías estudiantiles, abrir las compuertas a los efectos de que se pueda expresar, a través de los mismos, la tremenda potencialidad creadora y realizadora de los estudiantes y a esto se ha negado permanentemente la actual Junta Ejecutiva.

En esta política, la Junta Ejecutiva ha caído en similares errores a los cometidos por aquéllos que, tanto dentro como fuera de la F.U.A., han actuado y actúan como generadores permanentes de la división del movimiento estudiantil.

Desde ángulos distintos, la política del divisionismo lleva a una resultante: favorecer al enemigo; no otra cosa puede ser el resultado de la división de Centros Estudiantiles y de la división de la Federación Universitaria Tecnológica, producida a espaldas de los estudiantes.

La ausencia del estudiantado en el Congreso de la F.U.T. ha posibilitado el ejercicio del divisionismo, motivado por quienes creen más importante la definición de un viejo pleito entre “fieles y amotinados” que la organización de los estudiantes para el enfrentamiento a la Dictadura.

Esto es lo que ha determinado el fracaso total y absoluto de estos compañeros en la conducción de la F.U.A.

Este es el juicio que nos merece a los estudiantes.

Por ello es que los estudiantes universitarios argentinos  debemos rescatar las banderas permanentes que el movimiento estudiantil enarbola desde 1918, con confianza en nuestras propias fuerzas, en las del pueblo todo y en la justeza de nuestros objetivos, debemos derrotar al sectarismo y rescatar a la Federación Universitaria Argentina para la auténtica defensa de los intereses estudiantiles y del pueblo argentino, frente a la Dictadura Mercenaria representante de los monopolios norteamericanos, que hoy ejercen la ocupación de nuestra Patria.

En el camino por lograr estos objetivos los que están orientados nuestros esfuerzos. Para el cumplimiento de los mismos, convocamos a luchar a la juventud universitaria argentina.

 

 


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