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El socialismo en defensa de la democracia. Palabras pronunciadas por Guillermo Estévez Boero en la Asamblea de Legisladores

EL SOCIALISMO EN DEFENSA DE LA DEMOCRACIA

Palabras pronunciadas por el Diputado Nacional por la Unidad Socialista, Dr. Guillermo Estévez Boero, en la Asamblea de Legisladores realizada el 3 de Diciembre de 1988.

Señor Presidente:

Quiero reiterar el agradecimiento y reconocimiento –también pronunciado por otros Señores Legisladores- a la solidaridad que expresan los Señores Embajadores con su presencia en esta histórica sesión. Tengan la seguridad, Señores Embajadores, que muy pocos pueblos del mundo aprecian tanto su solidaridad.

Aquí estamos los representantes de todo el espectro político nacional, los trabajadores, los productores, los profesionales, las colectividades, los deportistas. ¿Por qué? Porque los argentinos tenemos memoria histórica.

Y esa pregunta que ustedes tantas veces nos hacen: ¿Cómo este país, con tanta riqueza, con esta extensión  tiene tantos problemas?, con petróleo, con cereales, con carne, con minerales, tiene los problemas que ustedes ven, porque nosotros hemos sufrido desde el 6 de setiembre de 1930, al quebrarse el primer ciclo de gobiernos populares electos por el voto popular y secreto, la permanente interrupción del sistema institucional.

Este país ha sido asolado por los cataclismos de la ruptura institucional, causados por los intereses y el privilegio de adentro y de afuera que no han respetado la voluntad popular. Y si en otras regiones de nuestro continente son los ciclones y los huracanes los que producen la devastación, en nuestro país ha sido la ruptura del orden institucional la que lo ha privado de su futuro, de su grandeza y de la continuidad de una obra que siempre estamos comenzando de nuevo.

Como decía el Diputado Alende, desde que el Presidente Alvear transmitió el mando al Presidente Yrigoyen en el año 1928 no ha vuelto un Presidente constitucional a transmitir el mando.

Y ahora los argentinos nos estamos aprestando para una nueva transmisión del mando y otra vez en el país suenan las armas. Profundamente equivocadas, profundamente erradas, hablando de un “Operativo Dignidad”, de un operativo para restablecer el honor de las Fuerzas Armadas, sin darse cuenta que lo único que hacen es profundizar la indignidad y el deshonor de quienes no representan y no respetan la capacidad de cada argentino y de cada argentina.

Para quienes se creen mesiánicos que creen ser los únicos que conocen el sentido de la historia, les decimos que lo desconocen. Porque el sentido de la historia lo determina la voluntad de los pueblos ejerciendo su voluntad y nunca lo ha escrito el sojuzgamiento de la voluntad popular.

Por eso los Socialistas que queremos los grandes cambios de la sociedad, que estamos en contra de un sistema y en contra de muchas cosas y muchos planes, sabemos que solamente a través de la democracia los trabajadores podrán conseguir una justicia social por la cual luchamos; que todos los sectores sociales podrán gozar de bienestar  solamente con la democracia.

Los socialistas hemos aprendido de Bobbio que a la crisis de la democracia se la debe enfrentar con más democracia, y no suprimiendo la democracia.

Por eso es que hoy nosotros, con toda responsabilidad les pedimos a quienes irresponsablemente han empuñado las armas contra la Constitución, que depongan su actitud. No por los partidos políticos; que depongan su actitud principalmente por todos los jóvenes, hijos de argentinos y argentinas que, cumpliendo su vocación, visten el uniforme de nuestras fuerzas de tierra, mar y aire.

Por el honor de esta juventud, de nuestras Fuerzas Armadas, estos hombres deben deponer su actitud, que los llena y los salpica de indignidad y deshonor. Nosotros vamos a continuar construyendo este país, en las condiciones que nos toque construir; no nosotros, sino este pueblo que está afuera, esas mujeres y hombres que por encima de las diferencias políticas, quieren construir un nuevo tiempo.

Y les decimos a los que no están todavía en la plaza, que deben urgentemente sumarse a las plazas, sumarse a la movilización, porque estamos en un momento grave para las instituciones del país. No estamos en presencia de un problema interno de una fuerza; estamos en presencia de un intento de golpe de estado, que debemos denunciar y al que debemos sobreponernos en unidad nacional.

Este intento mesiánico debe saber que este Parlamento no ha de votar ni votará ninguna “Ley de Pacificación”; que este Parlamento dice que la paz se consigue con el imperio del estado de derecho: y el estado de derecho no se negocia con la fuerza, porque ésa es la negociación de las instituciones de nuestra Constitución.

Nosotros queremos terminar, Señor Presidente, invocando a la cordura y a la responsabilidad, pensando en éstos chicos de los que hablaba el Señor Senador por Entre Ríos, que son hijos de argentinos o son hijos de tantos matrimonios de otros países que han hecho hogar en nuestra tierra. Pensando en ese futuro, yo quiero terminar recordando a éstos hombres equivocados, el ejemplo del que fue Padre de la Patria, Padre de nuestro ejército, José de San Martín que nos enseñó a no desenvainar la espada para utilizarla entre hermanos. Nada más, Señor Presidente.