Documentos PSP

¡Las Malvinas son Argentinas!

El 2 de Abril de 1982 nuestras Fuerzas Armadas recuperaron las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur para Argentina y América Latina. Durante casi 150 años, desde el 3 de Enero de 1833 cuando el imperio inglés se apropió de ellas la Nación vivió mutilada. Ese pedazo cautivo de nuestra tierra hería el sentimiento de los argentinos, defor­mando nuestra integridad territorial y afectando al propio tiempo, el concepto mismo de Nación Argentina.

El archipiélago de las Islas Malvinas constituye una dependencia natural e inmediata del territorio argentino, formando parte del conti­nente en su sector patagónico, como lo demuestra su geología, morfología, flora y fauna.

Es innegable que su descubrimiento fue obra de los españoles. Algu­nos lo atribuyen a Magallanes en 1520 (y así lo hace la propia Crónica Naval Británica de 1809), otros a Esteban Gómez en ese mismo año (integrante de la escuadra de Magallanes que regresaba a España por el Atlántico) y otros a Américo Vespucio. Lo cierto es que las Islas Malvinas aparecen ya señaladas en varios mapas españoles del siglo XVI, general­mente con el nombre de Islas Sansón, quedando así negado el pretendido descubrimiento inglés de las islas en 1577 por Drake, o en 1592 por Davies o en 1594 por Hawkins.

En 1764, los franceses al mando de Bouganville ocuparon las islas, estableciendo una colonia en Puerto Luis, en la gran isla del este. Al tener noticia España de ese establecimiento, reclamó contra la ocupación y Francia, reconociendo sus derechos, entregó la colonia a los españoles en 1767, mediante el pago de una indemnización. La mayoría de las expe­diciones francesas de esa época estuvieron tripuladas por malouines, así llamados a los nacidos en el puerto de Saint-Maló; por eso el nombre de Malouines con que se designaba al archipiélago.

En 1765 el navegante inglés John Byron tomó posesión simbólica del lugar que los franceses habían llamado Puerto de la Cruzada y que él denominó Puerto Egmont, sobre el islote Saunders, y al año siguiente lo ocupó en forma permanente.

El 10 de junio de 1770 una expedición al mando del español Juan Ignacio Madariaga, que partió de Buenos Aires, expulsó a los ingleses de Puerto Egmont.

Desde entonces, y hasta la independencia, sólo España ejerció dominio sobre las islas por medio de gobernadores designados por el virrey de Buenos Aires. El 6 de noviembre de 1820, el coronel David Jewett, al mando de la Fragata "Heroína" tomó posesión de las islas Malvinas en nombre del gobierno de las Provincias Unidas del Río de la Plata, constituyendo éste el primer acto de soberanía del gobierno patrio. En 1823 se nombró gobernador a Pablo Areguati. El 10 de junio de 1829, el gobierno argen­tino dictó un decreto creando la Comandancia Política y Militar de las Malvinas e islas adyacentes al Cabo de Hornos, y Luis Vernet fue nom­brado gobernador.

En agosto de 1831 el gobernador Vernet, en cumplimiento de las reglamentaciones sobre caza y pesca, apresó a tres goletas norteamericanas que violaban las leyes argentinas, y una de ellas fue conducida a Buenos Aires para ser juzgada.

Este hecho desencadenó el atropello de la corbeta Lexington, de Esta­dos Unidos, al mando de Silas Duncan, quien el 28 de diciembre de 1831 arrasó puerto Soledad, saqueó a la población y llevó cautivos a sus habitantes. Desde 1831, Estados Unidos ha venido defendiendo la ocupa­ción inglesa. Hoy, una vez más, el imperialismo norteamericano se ha definido contra Argentina y contra América Latina.

El 3 de enero de 1833, el comandante Onslow al mando de la corbeta inglesa "Clío" llegó a Puerto Soledad. La fuerza sin derecho se impuso: la bandera argentina fue abatida y flameó desde entonces la enseña colonia­lista de Gran Bretaña.

Inglaterra funda su pretensión en el descubrimiento y en la ocupación. Con respecto al primero, ya hemos visto que el descubrimiento inglés queda desvirtuado por el anterior descubrimiento español de las islas, aceptado por todos los estudiosos del tema. El segundo argumento, el de la ocupación del islote Saunders en 1766 (en el que los ingleses estuvieron en forma interrumpida y sólo hasta 1774, un total de 5 años) también queda desvirtuado por la previa ocupación francesa de la isla Soledad en 1764 y posterior cesión de los derechos a España en 1767.

Apenas producido el despojo, Bolivia y Brasil dieron su apoyo a nuestro país. Hoy todos los pueblos de América Latina apoyan la recupe­ración de las Malvinas y condenan el respaldo y el apoyo que el impe­rialismo norteamericano da al colonialismo inglés.

El caso de las Malvinas no es el caso de una colonia a la que debe otorgársele independencia, sino el de un territorio usurpado del ámbito territorial argentino al que debe reintegrárselo.

En nuestro país todos los sectores han reclamado la soberanía argen­tina sobre las Islas Malvinas. El socialismo ha hecho en forma permanente el reclamo de nuestra soberanía. En 1934 el senador nacional Alfredo L. Palacios hizo aprobar una ley para editar un libro sobre las Malvinas para que el pueblo conociese la historia de estas Islas. Por el mismo proyecto se hace imprimir un resumen de este libro para ser repartido en todas las escuelas. El 9 de Julio de 1939 se crea la Junta de Recuperación de las Malvinas que es presidida por el mismo Palacios.

El programa del Partido Socialista Popular, en su parte dedicada a la política exterior reclama la recuperación de las Islas Malvinas. De conformidad con estos antecedentes y cumpliendo con el sentimiento pa­triótico de todos sus integrantes el Comité Nacional del Partido Socialista Popular apoyó fervorosamente la recuperación de las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur por nuestras Fuerzas Armadas.

El 2 de abril de 1982 configura un hecho histórico nuevo que debe ubicarse dentro del marco de la tradición nacional y que satisface un reclamo argentino de casi 150 años, con el cual se halla plenamente iden­tificado nuestro pueblo y los pueblos hermanos de América Latina.

Un viejo luchador argentino por la unidad latinoamericana, el socia­lista Manuel Ugarte (1875- 1951) afirmó:

"El imperialismo podrá apoderarse del resorte de nuestras adminis­traciones, pero a los pueblos que reviven epopeyas heroicas, a los pueblos que sienten las diferencias que los separan del extranjero dominador, a los pueblos que no tienen acciones en las compañías financieras ni interés en el soborno, a esos pueblos no los puede desarraigar ni corromper nunca nadie".

Buenos Aires, 25 de mayo 1982

Partido Socialista