Documentos PSP

Por la Unidad Socialista, por la construcción de la Nación

1972    -23 de abril-    1981

El 23 de Abril se cumple el 9º Aniversario de la fundación de nuestro partido, el Partido Socialista Popular. Su creación fue la respuesta madura y responsable de trabajadores, de jóvenes y de sectores populares de Argentina, que después de recorrer durante mu­chos años el camino de la lucha por la justicia social y por la in­dependencia nacional, unían sus fuerzas en una nueva herramienta pa­ra los trabajadores y para la Nación: el Partido Socialista Popular.

Hoy la realidad nacional es mucho más grave. En la sociedad de consumo en que vivimos, sin valores positivos para el pueblo y para su juventud, fue fácil para los interesados hacer sonar en el oído de los jóvenes el canto del terror. Se produjo así la rara coincidencia, de que durante el 3° gobierno constitucional del General Perón -que fue el gobierno que se eligió con mayor número de votos y con mayor porcentaje en toda la historia del país-, el terrorismo alcan­zará su máxima expresión.

Se logró de esta manera, que el terror fuese el elemento fundamental de la desestabilización de un gobierno profunda e irreparablemente dañado por la muerte del presidente Perón.

Así se dieron las condiciones necesarias para concretar en el país un conjunto de medidas antipopulares y antinacionales, que fueron conocidas como el Plan Económico de Martínez de Hoz.

Se suspendió la vigencia de todo derecho, a los efectos de si­lenciar y reprimir la oposición de todos los sectores de la vida nacional; se procedió a suprimir la organización de los trabajado­res y a intervenir militarmente numerosos gremios. Se congelaron las actividades de los partidos políticos. Con el imperio de la fuerza, se aplicaron en forma sistemática las medidas que tuvieron y tienen por objeto adecuar el país al nuevo reparto internacional del trabajo que han hecho los monopolios y que ordenan para la Argentina, un papel de proveedor de materias primas y de combustibles.

Una tras otra, los argentinos vieron cerrar miles de industrias desde las muy grandes a las muy pequeñas. Una tras otra los argenti­nos vieron levantar miles de Kilómetros de vías férreas. Los pequeños y medianos productores del agro siguieron la suerte de los pequeños y medianos industriales. Prácticamente la totalidad del territorio nacional y del mar territorial codiciado por los monopolios extran­jeros, les fue entregado a ellos para que le roben al pueblo argen­tino, que no firmó concesión alguna, el petróleo y el gas. Las gran­des empresas estatales fueron rematadas. Los servicios públicos, co­mo Agua y Energía, se pasan a las provincias y a las municipalidades, como paso previo para su privatización. Las futuras tarifas golpearán a los hombres y mujeres de Argentina que en las pequeñas ciudades y pueblos velan la dignidad nacional. Se acelerará el ya acelerado despoblamiento del interior.

A los trabajadores se les redujo en más de la mitad el poder adquisitivo del salario. En otras palabras, se les robó la mitad de la renta nacional que recibían. Se modificó en forma negativa para ellos, toda la legislación social. La prescindibilidad, vuela como un fantasma sobre el hogar de miles de trabajadores argentinos, que tienen que aceptar todo tipo de arbitrariedad y de modificación de las condicio­nes de trabajo para no ser puestos en la calle.

El arancelamiento de los servicios hospitalarios y la libertad que se dio a los monopolios farmacéuticos -para ponerle precio a los medicamentos-, dejó a los sectores más humildes del país sin protección alguna en materia de salud. La salud de los trabajadores se incorpora a las ganancias de la patronal cuando se declararon no insalubres una cantidad de tareas que, con toda justicia, estaban así calificadas.

La supresión de las leyes de alquileres, posibilitó la total libertad en materia de precios, perjudicando fundamentalmente a las familias de bajos ingresos, que se vieron también imposibilitadas de ir a los barrios nuevos por las altas cuotas que en ellos se han puesto.

Los aranceles, los exámenes y los cupos de ingreso en colegios y universidades liquidaron las posibilidades educacionales de la ma­yor parte de los jóvenes de país. La organización de la enseñanza perjudica al que trabaja y lesiona el sistema nervioso de todos. El con­tenido de la enseñanza defiende la desigualdad de los hombres, pro­mueve la competencia salvaje y está vacío de tradición nacional.

En medio de esta realidad, que profundiza la crisis del Estado argentino, que golpea fundamentalmente a los trabajadores y a sus familias con la necesidad, y a la juventud con la asfixia de sus posibilidades de desarrollo espiritual, el Partido Socialista Popular toma fundamentalmente dos tareas en su noveno aniversario.

Primero: La lucha por la unidad de todos los socialistas del país, con el único requisito de su honestidad y con el límite de la no práctica de conductas colaboracionistas con el régimen. La unidad de los socialistas es una condición fundamental para poder darle a la Nación y, especialmente, a los trabajadores una posibilidad socialis­ta, que después de todos los ensayos, de todas las derrotas, les per­mita avanzar en forma irreversible sin retroceso posible, en el cami­no de una mayor justicia social, de una organización socialista de los recursos y del trabajo argentino.

Un país donde el humanismo socialista permitirá al hombre ser libre y solidario, y gozar de un bienestar conforme a las posibili­dades reales de nuestra Patria.

Segundo: El Partido Socialista Popular asume la responsabilidad de iniciar la marcha de los sectores populares, de la juventud y, especialmente, de los trabajadores para superar la terrible crisis que sufre el Estado argentino.

En otras palabras, superar la profunda crisis que tiene la or­ganización institucional de la Nación argentina. Para ello, el Par­tido Socialista Popular propone la inmediata convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente, a los efectos de que en ella los representantes del pueblo, puedan modificar la composición de los or­ganismos de gobierno incrementando la participación de los sectores populares y de todos los sectores de la vida nacional, a nivel muni­cipal, provincial y nacional.

Los trabajadores argentinos y socialistas sabemos que únicamente en una Argentina independiente, en cuyas tradiciones bebemos y en cuyas tradiciones queremos educar a las futuras generaciones, podremos lograr para nosotros y para nuestras familias reivindicaciones mate­riales y morales irreversibles y por cuya obtención nos comprometemos a luchar sin concesiones.

Los socialistas populares en los barrios, en las vecinales, en las villas, en las cooperadoras, en las cooperativas, en las escuelas, en los hospitales, en las agrupaciones de trabajadores y de estudian­tes, en las fábricas, en el surco y en el aula, en el sindicato, en el centro de estudiantes, en la organización profesional, en la soledad de las fronteras y en el hacinamiento venenoso de la Capital, en estos nueve años hemos demostrado nuestra consecuencia y nuestra lealtad para con la Patria y para con su pueblo.

Los socialistas populares hemos salvado a miles de jóvenes de la muerte, los hemos formado en la vida y en el rechazo de la muerte. Esa juventud del martillo y del libro, de la pala y de la pluma, es la ju­ventud que no pudo matar el terror de aquí y de allá, esa juventud no la pudo comprar ni pudrir el oro y la represión de los intereses ex­tranjeros. Esa juventud de la fábrica y del aula, del campo y de la ciudad, de la villa y del centro, es la llama que desde el altar de la Patria ilumina el futuro de los argentinos.

El Partido Socialista Popular señala la unidad de los socialistas y la unidad de los trabajadores como herramientas indispensables para superar la crisis que amenaza la existencia nacional. Los fracasos de Corpus, de Yaciretá y de las islas australes son pequeños anticipos del desastre que espera a nuestro país si no se supera la actual desorganización sembrada desde afuera en beneficio de los intereses extranjeros.

El Socialismo Popular que conducirá el país en firme hermandad con los pueblos de América Latina y del Tercer Mundo, es para los tra­bajadores el camino de la justicia social y es para todos los argenti­nos la posibilidad de construir un nuevo, justo, independiente y dig­no Estado argentino.

En este nuevo aniversario el Partido Socialista Popular, convoca a sus afiliados a trabajar juntos para cometer menos errores, para trabajar con menos egoísmo, con más grandeza, con más sacrificio por la unidad del socialismo argentino, por la unidad de los trabajadores argentinos, por la unidad del pueblo argentino para derrotar a la oli­garquía y al imperialismo, único camino para construir una Argentina independiente donde los hombres practiquen la solidaridad y gocen de libertad y bienestar.