Documentos MNR

Acerca del informe de la Junta Ejecutiva de la FUA ´67

Como es habitual en cada uno de los Congresos realizados por la FUA, la conducción de la misma eleva el informe de los actuado en el período. Frente a esta circunstancia y a la realidad del país, el MNR elevó las críticas al informe presentado por la junta Ejecutiva de la FUA que, por no interpretar correctamente la realidad en la que había sumido al país la dictadura militar, ni la realidad universitaria de este momento, que no encontró respuestas en su organización claros al estudiantado argentino, que no encontró respuestas en su organización.

Frente a la realidad de sanciones, suspensiones y detenciones de compañeros estudiantes, la juventud universitaria se movilizó y enfrentó a la dictadura y a la intervención en la Universidad, mientras la conducción de la FUA permanecía al margen saboteando incluso estas movilizaciones.

El MNR que creyó y cree permanentemente en la capacidad creadora de la grandes mayorías nacionales, participó activamente junto a los estudiantes resistiendo a la dictadura y a la intervención, viendo derramarse por las calles de Rosario, Córdoba y Corrientes la sangre de Bello, Pampillón y Cabral.

No obstante señalar la política equivocada de circunstancial conducción de la FUA, el MNR convocó permanentemente a los estudiantes a incorporarse a su organización madre: la FUA;  porque entendió y entiende que sólo a través de la real participación del estudiantado en su seno se derrota al sectarismo y se ubica a la FUA junto a las mayorías nacionales para participa activamente en el proceso de la Liberación Nacional.

 

Es necesario efectuar algunas consideraciones sobre la realidad nacional en medio de la cual se desarrolla el VIII Congreso Nacional de la Federación Universitaria Argentina,.

Este congreso se desarrolla en un país determinado y en un momento determinado; quien no recuerde la concreta ubicación en el tiempo y en el espacio de este evento universitario, atentará permanentemente contra las vinculaciones que la FUA debe tener en forma arraigada con la inmensa mayoría de los estudiantes universitarios de nuestro país.

Es preciso recordar permanentemente dónde estamos, a los efectos de alcanzar nuestro objetivo fundamental de que la FUA, sin arriar las banderas que la juventud viene desarrollando desde 1918, sea el organismo que agrupe activamente a las masas estudiantiles.

Las características represivas de la situación nacional, sumadas a las debilidades y errores ideológicos de la actual conducción de la FUA, determinan que la participación activa del estudiantado en este evento sea por cierto, relativa.

Esta ausencia de estudiantes limita nuestros objetivos; muy difícil será convencer a la actual dirección de sus errores pero, lo importante, lo definitorio, lo irreversible, no estará dado en el futuro por la suma de las siglas y los apresuramientos tácticos, sino por la voluntad de los miles y decenas de miles de universitarios que darán su apoyo a quienes interpreten fielmente nuestra realidad histórica, y su espalda a quienes confundan la realidad con los productos de su imaginación.

En nuestro país, el golpe de estado del 28 de junio, cuyas características fueron denunciadas por nosotros en la penúltima convención Nacional de Centros, constituyó el asalto a una posición estratégicamente ventajosa dada por el imperialismo norteamericano. La resistencia estudiantil se manifestó muy débil y de ello fue responsable fundamentalmente la actual dirección de la FUA. La misma, con su sectarismo habitual, síntoma de inmadurez, de incapacidad, de dispersión, síntoma en definitiva de incomprensión de la realidad nacional, desoyó nuestro llamado para la organización de las bases estudiantiles en contra del golpe de estado y para denunciar el papel que jugaría Juan C, Onganía y el que estaba jugando el frondo- frigerismo. La  denuncia abstracta que en aquella oportunidad realizara la conducción de la FUA, sirve para citarla como antecedente en los documentos que se imprimen y reimprimen con “originales” interpretaciones de la realidad nacional pero, que evidentemente, no sirvieron para movilizar al estudiantado.

Las grandes movilizaciones estudiantiles que se dieron en el país, a raíz de la intervención de la dictadura en la Universidad, no fueron programadas, ni dirigidas, ni capitalizadas por la FUA. Sostener hoy lo contrario es simplemente exhibir el grado de incapacidad y ausencia formativa, que determina el rechazo de todo proceso de crítica y autocrítica.

Negar los hechos enunciados significa, en la práctica, insistir en la posición de vivir de espaldas al país, desconociendo su realidad. Para quienes practican esta conducta, la propia realidad tiene su remedio: los aplasta.

Ante las movilizaciones más trascendentes en el campo universitario y nacional, iniciadas con el atropello a Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de Bs. As., ¿Qué hizo la conducción de la FUA? No movilizó a los estudiantes, no apoyó con un plan de lucha a nivel nacional y, como si todo eso fuera poco, criticó y saboteó la posición correcta de los profesores de renunciar a las cátedras, dándose en los hechos la paradoja de que los profesores acusados de liberales y reaccionarios, adoptaron una posición históricamente mucho más correcta que la conducción de la FUA, cargada ayer de inercia y pasividad y hoy, de infantilismo revolucionario. Quienes eran incapaces de organizar un acto de resistencia; quienes eran incapaces de llegar con mensaje de solidaridad a los egresados y docentes vejados, organizaban delegaciones para entrevistar a los docentes remisos y carneriles para que no renunciaran.

Estos estrategas del divorcio de la FUA con las masas estudiantiles profetizaban que las batallas se darían “desde adentro”. Con posterioridad, las sanciones al equipo de Arquitectura de Córdoba encabezados por Rébora, la sanción de centenares de estudiantiles y la detención de miembros de la propia Junta Ejecutiva, les otorgó el marco propicio para desempeñar y librar esta gran batalla “desde adentro”, que citen los compañeros un solo caso de batalla trascendente dado por el cuerpo docente. No lo podrán hacer. No obstante, no reconocen su error.

¿ Qué plantean sobre aquellos acontecimientos? Plantean la autocrítica de una realidad imaginaria. Plantean el error de haber jugado al “todo o nada”. ¿Cómo pueden jugar al todo quienes nada tienen?. El error radica en haber actuado totalmente divorciados de las masas estudiantiles y no podían tener otra forma de actuación quienes se encierran en el sectario concepto de vivir permanentemente de espaldas a ellas. Frente a la movilización masiva, actuaron como freno, por su incapacidad de fijar objetivos, como en el caso de Córdoba y el de Odontología de Rosario.

¿Qué aconteció en Rosario con el estudiantado de la Facultad de Ciencias Médicas?

Allí no había decenas de estudiantes en un decanato, había centenares de estudiantes reunidos en Asambleas clandestinas a kilómetros de distancia de la Facultad, había centenares de estudiantes que enfrentaron a la caballería represiva en el descampado. A esos estudiantes, vanguardia de la resistencia, que en el futuro será masiva en la lucha contra la dictadura que imponen en nuestro país los monopolios norteamericanos hoy les rendimos nuestro homenaje. Reiteramos su línea y prometemos estudiar su conducta, desarrollarla a la luz de las experiencias y llevarlas a las masas estudiantiles.

Ante ello, la Junta Ejecutiva de la FUA, saboteó la lucha heroica del estudiantado con una bajeza de argumentos que no ha sido empleada ni siquiera por los representantes del régimen. Quienes hoy anuncian estar “pisando el umbral de la revolución proletaria en el país”, ayer fueron a ganar asambleas y a dinamitar la resistencia estudiantil, capitalizando los más deformados pensamientos que sustenta la juventud como resultado de la alienación que en ella produce nuestro corrupto sistema capitalista. Sería conveniente que antes de adoptar conductas que exteriorizan tales errores, estos compañeros se dedicasen a estudiar la realidad.

Y así comprobarían la distorsión existente entre sus kilométricas elaboraciones y esa realidad.

Pero, evidentemente, los compañeros no analizaron su conducta y justificaron su lamentable papel, su lamentable incapacidad para la conducción leal de la movilización del estudiantado argentino, con supuestas apreciaciones tácticas de la resistencia. Manifestaron que estábamos en vísperas (últimos meses de 1966) de un incremento de la actividad de la resistencia estudiantil y que, en consecuencia, era necesario reservar las fuerzas para la gran batalla frente a la aplicación de la Ley Universitaria que se daría en los primeros meses del corriente año. Les comunicamos reiteradas veces, cuando se dignaron hablar con nosotros o cuando algún otro compañero o tendencia nos comunicó que existía una reunión, que era necesario dar ya el enfrentamiento, que las medidas persecutorias, que las sanciones, que la ilegalidad de las instituciones estudiantiles iban a debilitar las fuerzas del Movimiento Estudiantil en un plazo no despreciable, y que era contrario a la realidad y totalmente negativo para la resistencia argentina lo aconsejado por ellos. Como de costumbre, no escucharon, porque como todo sectario se creyeron en posesión monopólica de la verdad. Y transcurrieron los meses, apareció la Ley y la conducción de la FUA no pudo movilizar al estudiantado en el enfrentamiento.

Ésta fue la táctica: Dejemos los profesores para la batalla “de adentro” a los estudiantes para enfrentar a la ley. Pero no se opera batalla ni enfrentamiento desde adentro, ni tampoco enfrentamiento a la ley. Y los compañeros no recapacitan. Y ahora plantean la batalla frente a la aplicación real de la ley. Pero es necesario que sepan que ya hay miles de universitarios libres y fuera de la universidad por la aplicación de la misma. Los compañeros emprenden las batallas en los papeles y las apagan en los hechos.

Cierto es, que en el marco de la Universidad, se desarrollaron luchas parciales con la movilización del estudiantado de las respectivas facultades, pero, ... esos estudiantes, como los de Filosofía y Letras de Bs. As., los de Ingeniería Química de Santa Fe, los de Ingeniería de Córdoba, se movilizaron en función de sus reivindicaciones concretas, a pesar de las especulaciones idealistas de la Junta Ejecutiva, que pretende hacer de la realidad una continuación de su imaginación.

Y esta línea, estructurada en las pequeñas habitaciones de la Capital Federal, siguió provocando realidades negativas para el movimiento estudiantil. Es por ello que queremos recordar una vez más a los compañeros, que jamás la táctica revolucionaria ni el proceso revolucionario surgió de pequeñas habitaciones, sino en la amplitud de las fábricas y en la inconmensurable amplitud del surco. No tienen posibilidades en la Argentina ni en país alguno, de visualizar correctamente el horizonte, grupos de sectario de piezas que viven de espaldas a las mayorías nacionales.

Esta conducción convocó al último Consejo Nacional de Centros.

Nosotros creíamos de vital importancia para los universitarios, sobre todo en medio de una conducción tan calamitosa de la FUA, que en el CNC se discutiera la situación universitaria. Mas no lo logramos. A su influjo, el Congreso de Tucumán debatió la situación internacional y el retorno del Gral. Perón. Dos temas cuya vigencia y discusión promueve el imperialismo para dividir al pueblo y que, en este caso, provocó la división del estudiantado y frenó, en Tucumán el enfrentamiento a los mercenarios que detentan el Gobierno Nacional.

Este Congreso, cuya relativa representatividad hemos señalado en un comienzo, evidenció una vez más el desarraigo absoluto existente entre el sectarismo que sujetan los compañeros de la Junta Ejecutiva y la realidad de nuestra Universidad.

Hemos efectuado un análisis objetivo de los hechos que deparó el sectarismo en la conducción de la Federación Universitaria Argentina. Pero el mismo sería superficial, sino profundizamos las causas de las que se nutre este sectarismo. Si no determinamos las desviaciones y los errores que produce el cúmulo de estiércol ideológico que tiende a divorciar, día a día, a la FUA de las masas universitarias y de las grandes mayorías nacionales.

Compañeros: el sectarismo tiene sus orígenes en la interpretación errónea y reaccionaria de la realidad nacional y, por ende, de la realidad universitaria.

Estos compañeros piensan que entre una democracia representativa y la actual dictadura, no existe mayor diferencia. Estos compañeros no enfrentan a la dictadura porque entienden que la lucha anti- imperialista no es fundamental. Entienden que es más importante criticar la unión de las fuerzas populares enfrentando al imperialismo, que criticar al imperialismo; que es posible en Argentina el cambio de estructura en forma inmediata y que el estudiantado argentino puede estar y está en esa línea de conducta. Entender todo eso es ser contra revolucionario, porque es oponerse al camino correcto de la revolución y es ser reaccionario porque es efectuar una interpretación subjetiva de la historia. Y lo reaccionario y lo contra revolucionario deben extirparse de la conducción del movimiento estudiantil argentino; quienes creen que es más importante combatir a la expresión política mayoritaria de la clase media argentina que al propio imperialismo y, conforme a ello actúan, están transitando el camino dl sectarismo que determina en la práctica se aliado del imperialismo.

El MNR, que confía en la capacidad creadora real de las grandes mayorías nacionales en el proceso de nuestra realidad nacional, convoca a los universitarios argentinos, hoy como siempre, a incorporarse activamente a la organización madre del estudiantado, la Federación Universitaria Argentina para que, el año del cincuentenario de la Reforma Universitaria y de la FUA, sea el año de la derrota del sectarismo de adentro y de la derrota de la reacción de afuera; y para que la FUA, transformada en auténtica organización de masas de los universitarios de nuestro país, juegue el papel que le corresponde al lado de las mayorías nacionales en un gran proceso de resistencia a los monopolios, para lograr el derrocamiento de la dictadura militar impuesta por el imperialismo norteamericano.

 


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