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Con quienes los trabajadores pueden recorrer el camino de la liberación nacional

Ante la situación política que se plantea en el país, el PARTIDO SOCIALISTA POPULAR se dirige al pueblo y en especial a los trabajado­res para expresar:

La dependencia económica de los monopolios internacionales cons­tituye la característica dominante de nuestra realidad. Esta dependen­cia, que se agudiza a partir de 1966, deforma todas las actividades de la vida nacional.

Para posibilitar ese proceso, quienes representaron o representan, conscientes o inconscientes, los intereses anti-populares y anti-nacionales, no han vacilado en quebrar, la débil vigencia de las instituciones de la República, en cercenar todos y cada uno de los derechos políticos de los ciudadanos o institucionalizar la represión, el arbitrio, la tortura y el confinamiento como formas de gobierno que permitiesen incrementar y acelerar la entrega del patrimonio económico y cultural de los argentinos.

Consciente o inconscientemente, los mandos de las Fuerzas Armadas se han constituido así en el brazo defensor de los monopolios extranjeros y de la oligarquía nativa. Pero si la fuerza es su único derecho, la lucha de los pueblos del mundo demuestra y demostrara, en forma ca­da vez más clara e irreversible, que ellos no poseen el monopolio de la fuerza. Definido en favor de la coincidencia programática de las gran­des mayorías nacionales, el PARTIDO SOCIALISTA POPULAR sostiene que la fuerza es patrimonio de ella y, en consecuencia, deshecha como incon­ducente toda acción directa desarrollada al margen de las mismas. Pero este es un debate sobre interpretaciones de la historia que realizados entre oprimidos, por lo que los integrantes de la Dictadura, responsa­bles de las torturas, de los asesinatos, de los secuestros y de los confinamientos, carecen de autoridad para solicitar definiciones en la materia.

Desde hace tiempo la Dictadura, responsable de la violencia en el ámbito de la República, se aboca a elaborar una salida política condicionada que permita la impunidad de los torturadores, la impunidad de los asesinos, el sueño tranquilo de los responsables de la dilapi­dación de los fondos públicos y de los negociados y, por sobre todas las cosas, que asegure a los monopolios extranjeros y a la oligarquía nativa legalizar la rapiña consumada.

Millones de jóvenes argentinos nacieron y se formaron en la vi­sión constante de cómo los representantes del imperialismo y la oli­garquía avasallaban todos los derechos y desalojaban gobiernos populares imponiendo las más arbitrarias violencias y pregonando las más aberrantes y disparatadas concepciones políticas. Los golpes de 1930, 1955 y 1966, son hitos que señalan en lo trascendente, la institucionalización de la violencia desde arriba.

Por todo ello, la juventud, que es futuro, desde el taller, desde el surco y desde el aula, repudia todos y cada uno de los actos de la Dictadura mercenaria y mira con descreimiento una salida política condicionada y custodiada por organismos de seguridad, transformados en organismos de represión contra los sectores populares.

El PARTIDO SOCIALISTA POPULAR afirma que es inaceptable el condicionamiento por parte de aquellos que habiendo sancionado cuanta legislación represiva se les ha ocurrido e incluso instituido la pena de muerte, persisten en la política regresiva, para, lograr lo que jamás lograrán: silenciar la Resistencia Nacional. Es inaceptable el condicionamiento por parte de quienes no satisfechos con haber removido los funcionarios judiciales que no complacían sus intereses políticos, como aconteciera en la Provincia de Santa Pe, no satisfechos con hacer jurar por el Estatuto a los magistrados, indultan a quienes sus propios jueces condenan y mantienen confinados a quienes sus propios jueces absuelven.

Si resulta inaceptable cualquier tipo de condicionamiento, aún más inaceptable, resulta la pretensión expresada en la ciudad de San Nicolás según la cual los comandantes en jefe, en representación de las Fuerzas Armadas, se constituyen en parte de la salida política. Ello involucra la transformación de las Fuerzas Armadas en un partido político más y, en consecuencia, sería preciso que las mismas se ajustasen a las normas que sus comandantes han dictado para el resto de los partidos políticos. De esta forma se verificarla si los señores comandantes en jefe son realmente representantes de la mayoría de los integrantes de las tres armas y, por otra parte, permitiría equiparar los recursos financieros de las diversas fuerzas políticas.

Ante la situación planteada por el pretendido condicionamiento, por la represión, por-la existencia de quienes reinciden en  intentar plantear una salida a la brasileña, ante la presencia de quienes año­ran promover un nuevo golpe de ultraderecha también al servicio de los monopolios extranjeros y de la oligarquía, cabe a los integrantes y dirigentes de las fuerzas políticas representativas de los grandes sec­tores populares, una responsabilidad ineludible. Cabe a los grandes sectores del pueblo que han canalizado su accionar político a través del Justicialismo y del Radicalismo, jugar un papel definido y mancomunado en defensa de la Liberación Nacional.

La actuación separado de estas fuerzas o la proscripción de al­guna de ellas, constituirá inexorablemente el reinicio de un nuevo ciclo en donde la voluntad popular será nuevamente burlada en los hechos: en donde no se avanzara hacia la Liberación Nacional, en donde no se producirá una redistribución de la renta que perjudique menos a los sectores mayoritarios y en donde el proceso culminara con un nuevo golpe de estado al servicio del privilegio nacional e internacio­nal.

El PARTIDO SOCIALISTA POPULAR propugna una auténtica convergencia que tenga como requisitos indispensables la participación de las fuerzas políticas que representan a los grandes sectores populares y el sostenimiento de un claro programa de liberación Nacional, que nacionalice los resortes básicos de nuestra economía y expropie a la oligarquía terrateniente.

Quienes de adentro o de afuera de estas fuerzas se oponen a su conjunción, consciente o inconscientemente, sirven a los intereses extranjeros, al privilegio nativo y siembran las semillas de un nuevo cuartelazo.

EL PARTIDO SOCIALISTA POPULAR rechaza la participación en la lucha común del desarrollismo frondo-frigorista, representante del im­perialismo, que movilizado, y resucitado de su muerte política por los personeros del capital extranjero, tiene como único objetivo imposi­bilitar la constitución de un gran. Frente del Pueblo y, a través de su accionar, continuar desarrollando la dependencia del país, Nadie debe olvidar a quienes, representando a los monopolios extranjeros y acatando la anterior estrategia del imperialismo, sostenían hasta hace pocos días que era preciso la profundización de la llamada “Revolu­ción Argentina”. Es decir, planteaban para el país la profundización del secuestro, de la tortura, de la represión, y de la entrega del patrimonio económico y cultural, tal cual lo efectuaron en su propio gobierno.

La conducta del pueblo de la República, exteriorizada en estos días en General Roca y Malargüe, demuestra que la resistencia popular se mantiene ante los continuas desatinos de la Dictadura y, en consecuencia; la hora de las candidaturas aun no puede reemplazar al deber primero, que es el de organizar la Resistencia Nacional.

El PARTIDO SOCIALISTA POPULAR convoca a las grandes fuerzas po­pulares de la Argentina a unificar esfuerzos para lograr como primer objetivo la organización de la Resistencia Nacional, con la finalidad de cerrar, en el menor tiempo posible y con el menor costo social, el ciclo de la Dictadura mercenaria.

El PARTIDO SOCIALISTA POPULAR, institución política integrada, fundamentalmente por la juventud para avanzar hacia la Liberación Nacional, pertenece al futuro y no al pasado.

En el futuro cabrá a las grandes mayorías nacionales y fundamentalmente a los trabajadores la responsabilidad de estructurar un país en el que haya desaparecido el régimen de producción capitalista, reemplazado por una sociedad socialista basada en la propiedad colectiva de los medios de producción y de cambio.

En la actualidad, ni la clase obrera ni la clase media, tienen posibilidad por sí solas de realizar el proceso de emancipación nacional. Es necesario, sumar estas dos fuerzas, primero para derrotar a la oligarquía y a los monopolios y luego iniciar el camino hacia el so­cialismo.

Pero para que este Programa de Liberación Nacional en esta alianza de clases pueda realizarse, pueda expropiar a la oligarquía, pueda luchar con éxito contra el imperialismo, es necesario que esta alianza sea conducida por la clase obrera esclarecida en el socialismo.

Con la conducción de la clase media vamos a la conciliación permanente con la oligarquía y el imperialismo. Y sin la existencia de una ideología revolucionaria en la clase trabajadora, caminamos igual hacia la conciliación.

 

¡Viva la Soberanía popular!

¡Viva la unidad de las mayorías nacionales, único instrumento apto para el derrocamiento de la Dictadura y la estructuración de la Liberación Nacional!

¡Gloria a los mártires, cuya sangre jamás será negociada!

¡Viva el PARTIDO SOCIALISTA POPULAR!

 

Por la Mesa Ejecutiva del Comité Nacional: Víctor O.GARCIA COSTA

Secretario General 

Buenos Aires, 9 de Julio de 1972


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