Editoriales LA VANGUARDIA

Socialismo y Unidad Nacional

En el mes de Mayo de 1810, los hijos de esta tierra, los argentinos, comprendieron que la dominación española había llegado a su fin.

Las mujeres y los hombres del Virreinato del Río de la Plata tenían necesidades materiales y espirituales, que el sistema colonial no podía satisfacer.

Mujeres y hombres de aquella Argentina tuvieron el valor y la capacidad de romper con el viejo sistema colonial y caminar hacia la independencia nacional.

El 25 de Mayo de 1810 es la definición del pueblo de Buenos Aires contra el viejo colonialismo y por nuevo país independiente.

Buenos Aires, una aldea, levantaba su grito de independencia contra uno de los imperios más grandes del mundo.

La Primera junta, creyó en la Independencia Nacional, creyó en la posibilidad de algo nuevo y envió sus delegados al interior del país, para invitar a todos los pueblos a sumarse a la causa de la independencia nacional.

En 1816 el Congreso de Tucumán declaró la Independencia de nuestros pueblos de los Reyes de España y de toda otra dominación extranjera.

El Ejército de los Andes, nutrido y organizado por el pueblo, llevó la Independencia a medio continente.

La independencia nacional, el triunfo sobre lo viejo, la construcción de lo nuevo, pudo hacerse porque los hombres y mujeres de 1810, comprendieron que era necesario caminar con Saavedra y Moreno. Caminar con Moreno y Saavedra. Caminar con la inmensa mayoría de Argentina hacia adelante.

Las fuerzas de la Unidad Nacional, fueron más fuertes que quienes promovían la división nacional para mantener la dominación colonial.

Hoy han pasado 173 años de aquel mes de Mayo de 1810. Hoy los argentinos, principalmente los trabajadores y la juventud, viven la insatisfacción de sus necesidades materiales y espirituales. Nuestra organización económica está quebrada. Los trabajadores han perdido más de la mitad del poder adquisitivo de su salario. Hoy con un sueldo pueden comprar la mitad de lo que compraban en 1976. La desocupación existe para miles de familias trabajadoras. La desocupación amenaza a todos los trabajadores. La juventud crece en un país sin horizontes. Es difícil conseguir trabajo y casi imposible seguir estudiando. Las pequeñas y medianas empresas que no han cerrado arrastran una existencia sin perspectivas.

Los argentinos de hoy tenemos que tener el coraje y la capacidad que tuvieron los argentinos de 1810. Debemos comprender que nuestra organización económica y social dependiente del extranjero, no puede satisfacer nuestras necesidades materiales y espirituales.

Es necesario crear una nueva realidad. Una realidad independiente de todo poder extranjero. Una realidad que premie al trabajo y a la producción y castigue a la especulación y a la usura. Una realidad solidaria, para satisfacer las necesidades materiales y espirituales de la mujer y del hombre argentino. Esta realidad sólo la puede construir el pueblo. Por eso es necesario facilitar y posibilitar la participación popular. Participación orgánica y democrática, en todos los aspectos de la vida nacional. En las pequeñas y en las grandes ciudades. En el barrio y en Centro. En lo político y en lo gremial. En educación, en salud y en seguridad.

Como en 1810 sólo la participación del pueblo asegurará un nuevo futuro.

Como en 1810 es hoy imprescindible convocar a la Unidad Nacional. A Saavedra y a Moreno. A Moreno y a Saavedra. A la Argentina.

Votar Socialismo Popular es votar por la unidad Nacional.


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